El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sin cambios su proyección de crecimiento para la economía argentina. Tal como lo había anticipado en abril, el organismo estima que el Producto Bruto Interno (PBI) del país se expandirá 5,5% en 2025, una mejora de medio punto respecto a su previsión de enero. Además, para 2026 prevé un crecimiento del 4,5%.

Las cifras se desprenden de la actualización de julio del informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), que fue presentado este lunes en Washington. En el reporte anterior, el FMI había atribuido el repunte en sus estimaciones a un "fuerte ajuste fiscal y a la recuperación de la confianza" en el país.

En el plano regional, el organismo ajustó a la baja su estimación para América Latina y el Caribe, al advertir que el crecimiento se desacelerará a 2,2% en 2025, aunque espera una leve recuperación al 2,4% en 2026.

A nivel global, el FMI mejoró su previsión de crecimiento. Ahora espera que el PBI mundial aumente 3% en 2025 y 3,1% en 2026, impulsado por la baja de tasas de interés, mejores condiciones financieras y políticas fiscales más expansivas en algunas economías clave. En abril, el organismo había proyectado subas de 2,8% y 3%, respectivamente.

El informe también incluyó advertencias sobre los riesgos que podrían afectar las proyecciones globales. “Un repunte de los aranceles efectivos podría frenar el crecimiento; la elevada incertidumbre podría impactar negativamente en la actividad, sobre todo si no hay avances en acuerdos comerciales duraderos. Además, las tensiones geopolíticas podrían interrumpir las cadenas de suministro y presionar al alza los precios de las materias primas”, alertó el organismo.

En cuanto a la inflación, el WEO destacó que los datos muestran una evolución desigual. “Mientras la inflación subyacente global disminuyó considerablemente y ya se ubica por debajo del 2% en varias economías —incluida la zona euro—, la inflación general aumentó levemente”.

El documento concluye con una recomendación clave: “Las políticas deben generar confianza, previsibilidad y sostenibilidad. Es esencial reducir tensiones, preservar la estabilidad financiera y de precios, recomponer márgenes fiscales e implementar reformas estructurales urgentes”, enfatizó el FMI.