La crisis de abastecimiento de gas natural que se ha presentado en Argentina ha generado una serie de repercusiones tanto a nivel local como internacional. En esta ocasión, el Comité de Crisis, conformado por el Gobierno argentino y las empresas del sector, decidió interrumpir la mayoría de las exportaciones hacia Chile, una medida que ha sido objeto de atención en los medios de comunicación del país vecino. 

Este evento recuerda situaciones similares ocurridas en el pasado, resaltando la fragilidad de la interdependencia energética entre ambos países. La emergencia se ha visto desencadenada por una ola de frío que ha incrementado significativamente la demanda de gas en Argentina. Este fenómeno ha llevado a las autoridades a priorizar el suministro hacia los hogares, lo que ha resultado en cortes de gas a diversas industrias. 

Según un comunicado de la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN), "si bien por ahora no hay afectación de suministro para clientes que cuentan con contratos de suministro y transporte en condición firme, sí se han aplicado restricciones a clientes con contratos de transporte interrumpible". 

El récord de consumo residencial alcanzado el 2 de julio, con cifras que superan los 100 millones de metros cúbicos diarios, ha puesto presión sobre el sistema de distribución de gas. La AGN señaló que esta situación ha generado una tensión considerable, especialmente en el contexto de temperaturas extremas que han incrementado el consumo en un 25% respecto al invierno anterior. En este sentido, la Secretaría de Energía, liderada por María Tettamanti, explicó que se han tomado medidas drásticas para salvaguardar la demanda prioritaria, mencionando que "la gran mayoría de las exportaciones utilizan transporte interrumpible, por lo que fueron alcanzadas por esta medida". 

Ante esta crisis, el Gobierno argentino ha implementado acciones extraordinarias para asegurar el suministro a hogares, hospitales y escuelas, lo que incluye la suspensión temporal de envíos a industrias y estaciones de GNC. Por su parte, Chile ha activado mecanismos para mitigar el impacto, aprovechando su infraestructura para importar gas natural licuado (GNL). El terminal de GNL de Quintero ha continuado operando durante la crisis, lo que podría ser crucial para enfrentar las restricciones en los envíos provenientes de Argentina.