Tras un período de alta volatilidad, los bonos soberanos en dólares de Argentina —tanto los denominados Bonares como los Globales— registraron en la última semana un avance promedio del 8,5%, lo que permitió recuperar el umbral de los 60 dólares por título. El movimiento representó una mejora importante en los precios de la deuda en un contexto de mercados regionales y domésticos tensionados.

El impulso alcista quedó concentrado principalmente en la jornada del jueves, cuando trascendió que el gobierno de Estados Unidos había efectuado ventas de dólares en el mercado cambiario argentino. Esa intervención contribuyó a una caída del tipo de cambio, lo que a su vez favoreció una apreciación simultánea en las cotizaciones tanto de acciones como de bonos locales. La mecánica fue clara: menor presión sobre el tipo de cambio redujo una parte del riesgo percibido por inversores, incrementando la demanda por activos argentinos en dólares.

Como consecuencia de esos ajustes, el indicador de riesgo país elaborado por J.P. Morgan hundió su registro en casi 180 puntos durante la semana, equivalente a una baja del 16,4%, ubicándose en 902 puntos básicos. Ese nivel representa el mínimo desde el 24 de septiembre y refleja una mejora relativa en la percepción de riesgo crediticio del país en los mercados internacionales, aunque persisten elementos de incertidumbre macroeconómica y política que pueden condicionar la continuidad de la recuperación.