En una jornada en la que el Tesoro se quedó prácticamente sin dólares para sostener el tipo de cambio dentro de la banda, el dólar oficial mayorista registró una fuerte volatilidad: tras subir en la mayor parte de la rueda hasta alcanzar los $1.470 (+2,7%), cerró con una baja de $10, ubicándose en $1.420. El Banco Central y el Tesoro actuaron con ventas para evitar que la cotización se acerque al extremo superior del régimen intrabanda, situado en $1.485,14 (+1%). Fuentes del mercado señalaron, sin embargo, que en esos niveles apareció oferta privada que vendió la divisa alrededor de $10 por debajo del precio donde intervenía el Tesoro.

Según registros del mercado, al Tesoro le quedarían apenas u$s353 millones para mantener el dólar dentro de la banda. En la semana se habrían vendido entre u$s320 y u$s327 millones solo en la jornada del miércoles, y en las cinco ruedas previas el organismo habría liquidado u$s1.721 millones. De ese modo, las ventas acumuladas en lo que va de octubre ascenderían a cerca de u$s2.040–2.050 millones, casi agotando los dólares adquiridos al campo en el marco de las retenciones cero (el 92% de los u$s2.228 millones), según PPI.

El desgaste de las reservas disponibles coincide con una mayor tensión en los mercados de pesos. Desde esta semana se observa una marcada suba de las tasas por falta de liquidez: la tasa de caución bursátil a un día operó en torno al 51,5% TNA en la jornada. Ese aumento de las tasas refleja la escasez de pesos líquidos y la demanda de instrumentos de corto plazo para cubrir posiciones.

En promedio ponderado por entidades financieras que publica el Banco Central, el dólar oficial operó el jueves a $1.441,493 para la compra y $1.496,505 para la venta. En el Banco Nación, el billete presentó una caída de $5 y cotizó a $1.400 para la compra y $1.450 para la venta.

En los mercados financieros, los tipos de cambio paralelos muestran cierta descompresión: el MEP se ubicó en $1.496,83 y el contado con liquidación (CCL) cayó a $1.520,27. El dólar blue cotizó en $1.475. Estos desplazamientos reflejan movimientos relativos entre oferta y demanda en distintos segmentos del mercado cambiario y la influencia de intervenciones oficiales limitadas por el nivel de reservas disponible.

En síntesis, la combinación de ventas acumuladas del Tesoro, la casi agotada capacidad de intervención para sostener el dólar intrabanda y la escasez de liquidez en pesos que empuja las tasas al alza configuran un panorama de mayor fragilidad financiera. Si la demanda de divisas persiste o se intensifica, el margen para contener nuevas subas con ventas directas es acotado, lo que condiciona la política cambiaria y financiera en el corto plazo.