Por la ola importadora cerraron 381 empresas textiles en Argentina
La caída del consumo y la apertura importadora golpean de lleno a una industria que opera a mitad de su capacidad. Referentes del rubro y de la oposición manifestaron su preocupación por la fragilidad del actual modelo económico.
“La situación se está espiralizando”, lamentó un empresario textil respecto del escenario que vive el sector. La combinación entre la recesión, la apreciación cambiaria, la pérdida de poder adquisitivo y la ola de importaciones provocó el cierre de 381 empresas en un año y medio. Las elecciones no prometen cambiar el escenario, cualquiera sea el resultado, y las compañías que resisten ven venir meses aún más complicados con la apertura comercial en marcha y salarios que no parecen repuntar.
El clima es el de la paz de los cementerios: un rubro que invirtió alrededor de USD 1.400 millones en bienes de capital en los últimos cinco años pero que hoy esas máquinas producen a una capacidad instalada del 57%. Con casi la mitad de la industria paralizada, las cadenas de pago todavía se mantienen.
Un empresario que produce telas con clientes en todo el país aseguró que en los últimos tres meses sus ventas cayeron un 60%, en especial por la volatilidad de las tasas. “Los confeccionistas prefieren no comprar antes que endeudarse a tasas altas y no pagar”, graficó. La falta de consumo afecta en toda la cadena, pero se siente con más intensidad en la mitad. En cambio, en los extremos —hilados e indumentaria final— las importaciones inundaron el mercado argentino.
Ola de nuevos importadores
Según datos de Protejer, unos 14.000 cuits importadores se dieron de alta en el último año (un 38% más que en 2024). Aunque también existe un sobrestock de mercadería comprada en el exterior que cuesta ofertar para el consumo interno. “Salen a venderlo a un precio muy bajo”, planteó Jorge Sorabilla, director institucional de TN Platex, la empresa de Teddy Karagozian.
De acuerdo a un informe realizado por la fundación, la producción nacional solo cubrió el 30% del consumo aparente de textiles, mientras que las importaciones acapararon el 70% del mercado en los primeros ocho meses de 2025. Este fenómeno se vio impulsado por un aumento del 134% en el volumen de prendas de vestir importadas y una caída general de la fabricación del sector de 14,5%. Como consecuencia directa, entre diciembre de 2023 y junio de 2025 se perdieron 11.500 empleos registrados en la cadena de valor textil, de indumentaria y calzado.
El reporte enmarcó la crisis en la "fragilidad del modelo" económico que llevó adelante el Gobierno de Javier Milei. El diagnóstico atribuyó la situación a una caída persistente de los ingresos reales de la población, un atraso cambiario que favoreció las compras al exterior y una desregulación de las importaciones. A nivel general, la economía mostró una contracción en el consumo privado y el gasto público, con una pérdida total de 102.000 puestos de trabajo asalariados privados en el mismo período. El informe advirtió sobre los riesgos del frente externo, con un fuerte aumento de las importaciones de bienes (+32%), un déficit por turismo de 6.327 millones de dólares y una caída del 26% en el índice de confianza en el Gobierno.
Argentina "regalada" al exterior
“Nos estamos regalando”, sintetizó Luciano Galfione, presidente de la entidad, en una conferencia de prensa. Se refirió así a un tipo de cambio barato, sostenido artificialmente, que le trajo beneficios a los extranjeros que, además de la rebaja de aranceles, no pagan la carga impositiva que pesa sobre los productos argentinos. Según el sector, el precio de una prenda tiene entre un 40% y un 50% de componente impositivo, sumado a costos como alquiler y servicios, que aumentaron fuerte. / Perfil