El informe del banco estadounidense JP Morgan circuló como reguero de pólvora en el Hotel Llao Llao. Allí se reunieron, durante las últimas 48 horas, los ministros Patricia Bullrich y Federico Sturzenegger; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning; gobernadores; el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el responsable de la estrategia de energía atómica, Demian Reidel; economistas; empresarios clave y los principales directivos de finanzas de la Argentina en el marco de la convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).

El banco estadounidense había puesto en un paper lo que hasta ese momento era el horizonte trazado por la mayoría de los referentes del sector privado. “La elección de la provincia de Buenos Aires es crucial. Una ajustada ventaja del kirchnerismo (igual o menor al 5 %) o una victoria de La Libertad Avanza sería coherente con un triunfo del Gobierno en octubre a nivel nacional”, afirmó el banco en su informe. En ese caso, lo que el gobierno nacional denomina el “riesgo kuka” tendría un retroceso, las tasas reales podrían aflojar y la actividad retomaría un sendero positivo en el cuarto trimestre del año.

Qué se espera de la economía después de las elecciones en provincia de Buenos Aires

El escenario alternativo al que el JP Morgan le asigna baja probabilidad sería una victoria demoledora del kirchnerismo en Buenos Aires. En ese caso, el espejo reflejaría un dólar corriéndose al límite superior de la banda y forzaría al Banco Central a vender reservas para absorber la liquidez en pesos. Las tasas reales se mantendrían altas, y el impacto negativo sobre las cuentas fiscales y la actividad se incrementaría, plantea el JP Morgan.

Los escenarios de mañana son también un eje a seguir desde el exterior. “Si la elección es pareja, no habrá contradicciones; pero si en el distrito que concentra el 38 % del electorado gana por mucho la oposición, eso repercutirá directamente en la percepción internacional de lo que supone hoy el poder de las reformas en el largo plazo. La idea del kirchnerismo no existe más será difícil de sostener ante nuestros inversores”, reflejó el CEO de una de las cinco empresas mineras que anunció inversiones millonarias para los próximos cinco años en el país.

Por lo bajo, hay tres indicadores que —aunque no lo comentan públicamente— siguen muy de cerca los líderes de La Libertad Avanza, porque suponen lo que puede ser el principio de un cambio de época que intentarán revertir de cara a octubre. La caída en las interacciones y repercusiones de los posteos del Gobierno en redes sociales —donde eran jueces y parte—, la cantidad de público que asiste a las convocatorias por las elecciones y un creciente malhumor que aparece en las encuestas con una frase que intentarán cambiar: “el gobierno de Milei pasó de ser considerado por la opinión pública como el gobierno del hombre enojado que iba a destruir a la casta y empieza a percibirse como el que privilegia a unos pocos por sobre la mayoría”. La combinación del veto a la ley de emergencia en discapacidad con el escándalo por las presuntas coimas en Andis fue lo que acentuó esa tendencia.

El índice de confianza elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella, que midió una caída de 6,6 puntos porcentuales para el Gobierno en agosto, es otra muestra de lo que es un secreto a voces en la política. Había sucedido lo mismo cuando el Presidente anunció en 2024 su intención de vetar el proyecto de ley de financiamiento universitario, pero luego volvió a escalar 10 puntos.

El dilema de las tasas, la lucha contra el dólar y las reservas está instalado en los rincones más disímiles. Miguel Kiguel, titular de Econviews, le puso palabras a lo que supone uno de los principales problemas del país. “Hoy las reservas líquidas del BCRA son US$20.000 millones; US$14.000 millones los prestó el Fondo Monetario y no quiere que el Gobierno los use. Estamos en un atolladero, tenemos que salir de alguna forma, tenemos que juntar dólares”. “¡Mirá! Los fundamentos de la economía argentina no cierran con un riesgo país en 800 puntos. Entonces, ¿qué es lo que falta cambiar? La política”, se enojó Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, tras exhibir 60 metros de largo de hojas A4 que rodearon todo el salón de convenciones del Hotel Llao Llao.

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Desde la micro tampoco aparece el cielo despejado. “Apoyamos muchísimo el proceso de apertura, pero debemos tener cuidado con la velocidad y cómo lo hacemos. Como empresarios locales, no se terminaron los costos impositivos. La economía informal en la Argentina es impresionante. Abrís el mercado y los marketplace son destructores seriales de la industria argentina”, reflexionó Luis Galli, número uno de Newsan. Y Román Malceñido, CEO de Morixe, la empresa de consumo masivo que supo ser la acción estrella durante la pandemia, fue aún más gráfico. “Hoy, desafortunadamente, si bien tenemos el mandato como empresa de ir para adelante y ver oportunidades, la verdad es que el día a día te come. Necesitamos al menos ocho años de un rumbo definido para la Argentina. Eso es lo que necesitamos”, afirmó.

La batalla en Buenos Aires de hoy es sólo un hito de lo que viene en una Argentina en la que el potencial sigue siendo la palabra de moda, mientras muchos ciudadanos se vuelven a preguntar cuándo la Argentina deseada será efectivamente la del país real.