Según el INDEC, los precios aumentaron un 2,1 % en septiembre
El índice oficial se dio a conocer este martes por la tarde.
En septiembre de 2025, el nivel general del Índice de Precios al Consumidor (IPC) mostró una suba mensual de 2,1%, acumulando en lo que va del año un aumento del 22,0% y alcanzando una variación interanual del 31,8%. Estos indicadores reflejan la dinámica reciente de los precios al consumidor, marcada por presiones tanto sobre los rubros regulados como sobre familias de bienes estacionales y componentes núcleo.
Por divisiones, la mayor alza mensual correspondió a Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles, con un incremento de 3,1%, impulsado principalmente por la suba en alquiler de la vivienda. En igual magnitud, Educación registró también un aumento mensual de 3,1%, lo que contribuyó de forma relevante al nivel general del índice.
En términos de incidencia regional sobre la variación mensual del IPC, Alimentos y bebidas no alcohólicas resultó la división de mayor aporte en la mayoría de las regiones, con la excepción de la Patagonia, donde Transporte tuvo la mayor incidencia. Esto indica heterogeneidad territorial en los bienes y servicios que explican la inflación mes a mes.
Las divisiones con menores variaciones durante septiembre fueron Recreación y cultura (1,3%) y Restaurantes y hoteles (1,1%), sectores que mostraron dinámicas más moderadas frente al promedio general.
Analizando por categorías económicas, los precios regulados lideraron el incremento mensual con 2,6%, seguidos por los estacionales con 2,2% y el IPC núcleo con 1,9%. Este comportamiento sugiere que las decisiones administrativas sobre tarifas y factores estacionales continuaron teniendo un peso significativo en la evolución de los precios, mientras que los componentes de núcleo —más ligados a la demanda y a costos no regulados— aumentaron a un ritmo algo menor.
En conjunto, los datos de septiembre de 2025 evidencian una inflación con componentes mixtos: aumentos relevantes en rubros ligados a vivienda y educación, fuerte incidencia de precios regulados y variaciones regionales que muestran diferentes presiones entre provincias. Estos elementos son clave para la interpretación de la trayectoria inflacionaria y para el diseño de políticas económicas que apunten a su estabilización.