El Día de la Madre constituye una de las fechas de mayor relevancia para el comercio argentino, situada apenas por detrás de las Fiestas de Fin de Año en términos de volumen de ventas. En 2024, la conmemoración cae una semana antes de las elecciones del 26 de octubre y transcurre en un contexto de tensión para las pequeñas y medianas empresas: el último relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), correspondiente a agosto, registró una caída interanual del 2,6% en las ventas.

Si bien los datos oficiales de septiembre aún no se han difundido, la evolución negativa observada en otros rubros y el pesimismo entre los comerciantes no anticipan una mejora significativa. Desde abril de este año, el consumo viene mostrando una tendencia descendente sostenida, y en las últimas semanas se ha observado, además, un virtual estancamiento de las decisiones de compra, al menos hasta que se conozca el resultado del proceso electoral.

En el mapa de ofertas del Día de la Madre se aprecia una marcada heterogeneidad en precios y condiciones de financiación. Más allá de la diversidad de calidades y propuestas disponibles en el comercio local, un factor que condiciona de manera sustantiva el nivel de ventas son las elevadas tasas de interés: el costo del crédito resulta hoy prohibitivo para gran parte de los consumidores. No obstante, el sector comercial busca alternativas y apela a programas que alivien esa restricción. Entre esas iniciativas figura la propuesta de CAME denominada “Cuotas MiPyme”, que sucedió a la modalidad de cuota simple y ofrece la posibilidad de pagos en 3 y 6 cuotas, buscando estimular la demanda y facilitar el acceso a las compras.