Con la llegada del invierno, no solo bajan las temperaturas y aparecen paisajes nevados en varias regiones del país: también se intensifican los desafíos para conductores y vehículos. Las condiciones frías afectan distintos sistemas del auto, muchas veces sin que el usuario lo note a simple vista. Por eso, los centros especializados recomiendan realizar controles específicos antes de salir a la ruta o incluso para el uso diario.

Aceite y filtros: el primer paso para cuidar el auto en invierno

En climas fríos, el aceite del motor tiende a espesarse, lo que dificulta su circulación y puede aumentar el desgaste en el arranque. Por eso, es clave respetar los intervalos de mantenimiento y renovar aceite y filtro al comienzo del invierno. Además, se recomienda no poner en marcha el vehículo e iniciar la marcha de inmediato, sino dejarlo regular unos minutos para permitir que los componentes alcancen su temperatura ideal de funcionamiento.

Refrigerante en regla y anticongelante en proporción

Un descuido frecuente en invierno es no verificar el estado del líquido refrigerante. Si la mezcla con anticongelante no es la adecuada, corre riesgo de congelarse, provocando daños severos en el sistema de enfriamiento del motor, como en el radiador, mangueras o incluso el block.

Revisar su estado y realizar el recambio en los tiempos recomendados por el fabricante ayuda a prevenir fallas mecánicas y asegura el correcto funcionamiento del sistema de calefacción.

La batería, en el centro de la escena

Con temperaturas muy bajas, la batería sufre: se reduce su capacidad de arranque, aumenta la resistencia interna y se descarga más rápido. Como los vehículos modernos dependen en gran parte de sus sistemas electrónicos, es fundamental controlar su estado, tensión y capacidad de carga.

Con temperaturas muy bajas, la batería sufre: se reduce su capacidad de arranque, aumenta la resistencia interna y se descarga más rápido. Como los vehículos modernos dependen en gran parte de sus sistemas electrónicos, es fundamental controlar su estado, tensión y capacidad de carga.
Con temperaturas muy bajas, la batería sufre: se reduce su capacidad de arranque, aumenta la resistencia interna y se descarga más rápido. Como los vehículos modernos dependen en gran parte de sus sistemas electrónicos, es fundamental controlar su estado, tensión y capacidad de carga.

Con temperaturas muy bajas, la batería sufre: se reduce su capacidad de arranque, aumenta la resistencia interna y se descarga más rápido. Como los vehículos modernos dependen en gran parte de sus sistemas electrónicos, es fundamental controlar su estado, tensión y capacidad de carga.

Un diagnóstico a tiempo puede evitar quedar varado en plena ruta o sufrir fallos en sistemas esenciales como frenos ABS, dirección asistida o el climatizador.

Neumáticos: revisar presión y estado general

El frío contrae el aire dentro de los neumáticos, lo que disminuye su presión entre 1 y 2 PSI por cada 10°C menos. Esto afecta la adherencia, el frenado y puede provocar un desgaste prematuro e irregular del caucho.

Se recomienda verificar la presión al menos una vez por mes y ajustarla según el manual del vehículo. Además, el uso de nitrógeno mejora la estabilidad del inflado y puede ser una buena opción para quienes transitan largas distancias o zonas muy frías.

Aire acondicionado: también importa en invierno

Aunque parezca contradictorio, el sistema de aire acondicionado cumple una función clave durante el invierno: evitar la condensación en los cristales y mejorar la visibilidad. Si el sistema pierde rendimiento, puede dificultar el desempañado y volver riesgosa la conducción.

Los especialistas aconsejan hacer funcionar el aire regularmente, incluso en días fríos, para mantener lubricados los componentes internos y prevenir fallas en el compresor.

Prevenir es siempre mejor que reparar. Con simples chequeos antes de salir y algunos hábitos de mantenimiento, es posible circular de forma segura y preservar la vida útil del vehículo en condiciones de invierno. Ya sea para vacaciones, trabajo o rutina urbana, el frío no debería ser una excusa para descuidar el auto.

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