El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó un llamado a la empresa Apple para que traslade la fabricación de sus teléfonos iPhone a territorio estadounidense. En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump manifestó su expectativa de que los dispositivos que se comercializan en Estados Unidos sean ensamblados en el país, en lugar de ser producidos en lugares como China o India. 

El mandatario fue directo en su advertencia: si Apple no accede a esta demanda, se enfrentaría a la imposición de aranceles que podrían alcanzar al menos un 25% Esta declaración generó un impacto inmediato en el mercado, provocando una caída de más del 3 por ciento en el valor de las acciones de Apple en las operaciones previas a la apertura de la bolsa neoyorquina. 

Trump amenazó a Apple con un arancel del 25% si no fabrica sus iPhone en Estados Unidos

Apple, por su parte, ha manifestado que la aplicación de estos aranceles podría resultar en un costo adicional de aproximadamente 900 millones de dólares para la empresa en el siguiente trimestre, lo que plantea serias preocupaciones sobre su rentabilidad y competitividad a corto plazo. 

Dan Ives, analista de Wedbush Securities, aportó una perspectiva crítica sobre esta propuesta, señalando que trasladar la producción de los iPhones a Estados Unidos es poco viable. Según su análisis, la fabricación local de estos dispositivos podría elevar su precio a alrededor de 3.500 dólares, además de que la reubicación completa de la producción podría extenderse a un plazo de hasta diez años. Ives calificó la idea como "no realista" y sugirió que no se ajusta a las realidades del mercado actual. 

La presión ejercida por Trump no se limitó a Apple; también extendió su amenaza a la Unión Europea, anunciando la posibilidad de imponer un arancel del 50% a todos los productos europeos a partir de junio, citando como razón la falta de progreso en las negociaciones con Bruselas.