Son horas clave en Medio Oriente. Comenzó el alto el fuego y las fuerzas israelíes han iniciado un repliegue parcial, mientras un contingente integrado por Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía se organiza para garantizar la tregua y supervisar la liberación de rehenes israelíes que permanecen secuestrados desde hace más de dos años. La coordinación incluye la instalación de un centro de control conjunto y la presencia de personal militar en una base en Egipto, según informaron fuentes oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF).

Anoche arribó a Israel un primer grupo de 200 soldados estadounidenses, procedentes tanto del territorio continental como de bases en la región, bajo el mando del almirante Brad Cooper, jefe del Comando Central de Estados Unidos. Las autoridades aclararon que estas tropas no entrarán en la Franja de Gaza; su cometido será coordinar y facilitar la supervisión del alto al fuego junto a la IDF y los países implicados. La iniciativa forma parte de un acuerdo negociado directamente por el expresidente Donald Trump.

El despliegue busca, además, asegurar la liberación de rehenes y evitar una nueva escalada del conflicto. Para los familiares de las personas secuestradas, que esperan la noticia desde hace dos años, la llegada de apoyo internacional representa un alivio y renueva la esperanza de reencontrarse con sus seres queridos. Las autoridades mantienen que la operación exigirá tiempo y cautela para garantizar la seguridad de los liberados y la estabilidad en la zona.

El desenlace de este acuerdo podría abrir la puerta a una etapa diferente en la región, con la posibilidad de una paz más estable o, al menos, de una tregua duradera en un conflicto que se prolonga por más de siete décadas. Mientras tanto, los países involucrados y las fuerzas sobre el terreno coordinan los pasos a seguir para que la tregua se concrete y se traduzca en medidas efectivas de protección y asistencia humanitaria.