El gobierno de Trump revoca la visa de Petro: el nuevo capítulo de su historia de desencuentros
La relación entre Bogotá y Washington había sido históricamente estrecha, con importantes lazos en asuntos de defensa y comercio. Sin embargo, Gustavo Petro y Donald Trump han protagonizado este año varios desencuentros en temas como migración, lucha antidrogas y la guerra en Gaza, que Petro denuncia como “genocidio”. La revocatoria de la visa del presidente colombiano se suma ahora a la historia de choques de los últimos nueve meses.
Desde el regreso del presidente Donald Trump al poder, en enero pasado, la relación con Colombia se ha tornado tensa. A pesar de que el izquierdista Gustavo Petro mantuvo una relación distendida con el antecesor de Trump, Joe Biden, las cosas cambiaron con la llegada del político republicano.
En enero pasado, la política de deportaciones de Trump chocó con la postura de Petro, que dio la orden de no permitir la entrada de dos aviones con ciudadanos colombianos deportados desde Estados Unidos, ya que estos venían encadenados. El presidente colombiano aseguró entonces que no recibiría a sus conciudadanos hasta que no fueran tratados con dignidad, lo que condujo a la primera disputa entre los dos gobiernos.
Si bien esta crisis se quedó en la esfera diplomática y se saldó en cuestión de días, los desencuentros entre ambos mandatarios han tenido varias aristas.
Petro ha criticado la presencia militar de Estados Unidos en el mar Caribe, que Washington asegura es para combatir el narcotráfico; Washington, por su parte, descertificó de forma condicionada a Colombia como socio en la lucha antidrogas.
El más reciente capítulo de tensión ha sido la revocatoria de la visa al presidente colombiano por parte de Estados Unidos, luego de que Petro participara en una manifestación en Nueva York contra la guerra de Israel en Gaza. El mandatario colombiano fue uno de los primeros presidentes a nivel mundial en catalogar las operaciones israelíes contra la población gazatí de genocidio.
La diplomacia ha intentado constantemente saldar los rifirrafes entre los dos mandatarios, apelando a la importancia de la histórica relación.
Colombia y Estados Unidos mantienen un lazo comercial multimillonario, con un intercambio de bienes y servicios que en 2024 alcanzó los 53.000 millones de dólares, con un superávit de 3.300 millones de dólares a favor de Estados Unidos, según cifras oficiales.
La siguiente es una cronología de la pugna bilateral:
26 de enero: Petro devuelve vuelos con migrantes
Tras la decisión de Petro de no permitir el ingreso de dos aviones con deportados que ya estaban en pleno vuelo, el presidente estadounidense, Donald Trump, que llevaba solo seis días en el cargo, ordenó la imposición de aranceles del 25% a todos los productos colombianos.
Petro respondió con un arancel igual para las importaciones de productos estadounidenses y Trump contraatacó con restricciones de visado para el Gobierno de Petro y su partido, el izquierdista Pacto Histórico, así como con la suspensión de servicios consulares, incluida la emisión de visas en la embajada de Estados Unidos en Bogotá.
La intervención de diplomáticos de ambos países contuvo la crisis, pero la relación bilateral, antes fluida, quedó maltrecha tras este incidente.
27 de marzo: acuerdo bilateral y nuevo acercamiento
La secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU., Kristi Noem, visitó Colombia y se reunió con Petro para tratar asuntos migratorios, de seguridad y lucha contra las drogas, encuentro que transcurrió con normalidad. Ambas partes firmaron un memorando de entendimiento que reforzó sus lazos.
5 de abril: declaraciones de Noem encienden nuevamente la llama
Noem afirma en una entrevista con 'Newsmax' que durante la reunión con Petro en Bogotá, el presidente colombiano defendió a la banda criminal transnacional Tren de Aragua, considerada por EE. UU. como una organización terrorista.
Según Noem, Petro afirmó que "se malinterpreta a los miembros del Tren de Aragua, que en realidad solo eran personas que necesitaban más amor y comprensión" y señaló, según la secretaria, que algunos "miembros del cartel eran sus amigos". La Cancillería colombiana rechazó las declaraciones de Noem "por incorrectas".
6 de mayo: señalamientos de complot
Petro apuntó al representante a la Cámara estadounidense Mario Díaz-Balart, republicano de Florida, y sugirió que dirigió reuniones como parte de una conspiración para sacarlo del cargo.
3 de julio: Rubio llama a consultas a su delegado en Colombia
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llamó a consultas de manera "urgente" al jefe de la misión diplomática de Washington en Colombia, John McNamara, tras las denuncias "infundadas" de Petro sobre el supuesto apoyo estadounidense a una trama para sacarlo del poder.
Petro respondió llamando a consultas a su embajador en Washington, Daniel García-Peña. Una semana después, los diplomáticos volvieron a sus puestos de trabajo.
3 de septiembre: Petro rechaza el despliegue en el Caribe
Petro, crítico del despliegue militar de Estados Unidos en aguas del Caribe cerca de Venezuela, aparentemente para frenar el narcotráfico, calificó de "asesinato" el primer ataque contra una embarcación que supuestamente transportaba drogas y en el que murieron 11 supuestos miembros del Tren de Aragua.
15 de septiembre: descertificación condicionada de EE. UU. como socio antidrogas
El gobierno estadounidense retiró a Colombia de la lista de países que cumplen sus obligaciones en la lucha contra el narcotráfico, comúnmente llamada "certificación", pero decidió mantenerle la asistencia, cercana a los 400 millones de dólares, al considerar que es "vital para los intereses nacionales de los Estados Unidos".
17 de septiembre: Petro carga contra Washington
Petro tildó de "injusticia" e "insulto" la descertificación condicionada de EE. UU. "contra el país que más sangre ha regado para que la sociedad de los Estados Unidos y de Europa no consuman tanta cocaína".
23 de septiembre: Petro, implacable con EE. UU. en la ONU
En un acalorado discurso ante la Asamblea General de la ONU, Petro aseguró que la guerra contra las drogas es en realidad una estrategia de los poderosos que "necesitan violencia para dominar a Colombia y América Latina".
Afirma además que es "mentira" que el Tren de Aragua sea una organización terrorista, como la catalogan Estados Unidos y otros países, y dice que "debe abrirse un proceso penal" contra los responsables de las muertes de los ocupantes de las embarcaciones atacadas por militares de EE. UU. en aguas del Caribe, lo que "incluye al funcionario mayor que dio la orden, el presidente Trump".
Finalmente, y tras denunciar el "genocidio" de Israel en la Franja de Gaza, llama a "unir ejércitos y armas" para "liberar a Palestina".