La capital iraní, Teherán, con una población aproximada de 10 millones de habitantes, está experimentando un éxodo masivo debido al agravamiento del conflicto con Israel. En las primeras horas del martes, el centro de la ciudad, habitualmente concurrido, comenzó a vaciarse. Numerosos comercios permanecieron cerrados, incluyendo el histórico Gran Bazar, una situación poco habitual desde la etapa más crítica de la pandemia de COVID-19.

Los residentes de Teherán han emprendido la huida en grandes cantidades ante los bombardeos israelíes, lo que ha generado prolongados atascos en la principal vía terrestre hacia el norte. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran un tráfico prácticamente detenido en una autopista que conecta la capital con la región del Mar Caspio, con escaso tránsito en el carril contrario.

Israel inició el viernes pasado una campaña aérea sorpresa contra diversos objetivos en Irán, con el propósito declarado de impedir que el país obtenga armas nucleares, acusación que Teherán rechaza enfáticamente. Hasta el momento, los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 224 personas, entre ellas altos mandos militares, científicos nucleares y civiles, según fuentes oficiales iraníes.

En represalia, Irán ha llevado a cabo ataques contra Israel que han provocado la muerte de 24 personas, según datos israelíes. Además, las autoridades iraníes han cerrado el espacio aéreo civil indefinidamente, dejando las rutas terrestres como la única opción para salir de Teherán. Se cree que hay unos 50.000 israelíes varados en el extranjero, aunque algunos informes hablan de más de 100.000.

La congestión más significativa se concentra en la carretera 49, que comunica la capital con Chalus, en la provincia de Mazandaran, una zona que suele ser destino preferido por los teheraníes debido a su clima templado y casas de veraneo. La situación ha provocado largas filas en estaciones de servicio, donde se ha impuesto un límite de 25 litros de combustible por vehículo.