Francia decidió reforzar su presencia militar en el Caribe con el envío de nuevos buques a Guadalupe, su principal territorio de ultramar en la región. El anuncio fue realizado por el ministro de los Territorios de Ultramar, Manuel Valls, en el marco de la creciente preocupación internacional por la expansión de las redes de narcotráfico.

La medida se suma al operativo desplegado por Estados Unidos, que recientemente envió buques de guerra a aguas cercanas a Venezuela con el objetivo de desarticular al Cartel de los Soles, una organización vinculada al gobierno de Nicolás Maduro según las autoridades estadounidenses. La iniciativa de Washington generó inmediatas reacciones en Caracas, donde Maduro respondió ordenando el despliegue de 4,5 millones de milicianos en señal de resistencia frente a la presencia extranjera.

Trinidad y Tobago, uno de los países más afectados por el tráfico ilegal, expresó la semana pasada su apoyo a la operación naval de Estados Unidos. Incluso declaró que estaría dispuesto a ceder parte de sus aguas y su territorio si Washington lo solicita, en defensa de Guyana y de la seguridad regional.

Una estrategia de cooperación internacional

El gobierno francés enmarcó su decisión en una estrategia de cooperación internacional contra el crimen organizado. Según París, los territorios de ultramar como Guadalupe y Martinica se han convertido en puntos estratégicos de tránsito del narcotráfico hacia Europa, por lo que la vigilancia debe intensificarse.

En la región, la presencia militar extranjera es interpretada por Caracas como un nuevo gesto de presión contra Maduro, ya cercado diplomáticamente por Estados Unidos y varias capitales europeas.

La ofensiva internacional también se apoya en la nueva clasificación de Washington, que en febrero incluyó como organizaciones terroristas a algunos de los cárteles más poderosos de México —Jalisco Nueva Generación, Nueva Familia Michoacana, del Noreste y del Golfo—, además de la Mara Salvatrucha en El Salvador. En esa lista también fueron incorporados el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, al que la Casa Blanca acusa de operar bajo la protección del presidente venezolano.

Ecuador y Paraguay han advertido, en la misma línea, que el Cartel de los Soles funciona como una red criminal transnacional, vinculada a rutas de narcotráfico, lavado de dinero y al aumento de la violencia en distintos puntos de Sudamérica.