Un fuerte sismo de magnitud 7,6 sacudió este viernes el sur de Filipinas, provocando escenas de pánico, evacuaciones masivas y una alerta de tsunami en varias provincias costeras. El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs) reportó que el epicentro se ubicó a unos 62 kilómetros al sureste del poblado de Manay, en la provincia de Davao Oriental, a una profundidad de apenas 10 kilómetros.

El movimiento telúrico se produjo en altamar, cerca de la costa de Mindanao, y fue lo suficientemente fuerte como para sentirse en varias ciudades del archipiélago. El presidente Ferdinand Marcos Jr. confirmó que los equipos de emergencia fueron movilizados y que la prioridad es evaluar los daños estructurales y asistir a la población afectada.

Alerta por tsunami y evacuaciones masivas

El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, con sede en Honolulu, advirtió sobre el posible impacto de olas peligrosas dentro de un radio de 300 kilómetros del epicentro. Según el organismo, podrían registrarse olas de hasta 3 metros por encima del nivel normal de la marea en las costas más próximas al sismo.

Equipos de rescate trabajan en Davao Oriental tras el fuerte sismo de 7,6 que sacudió Filipinas.
Equipos de rescate trabajan en Davao Oriental tras el fuerte sismo de 7,6 que sacudió Filipinas.

Ante esta advertencia, las autoridades filipinas ordenaron evacuar zonas costeras en Davao Oriental, Davao de Oro, Surigao del Sur, Davao del Norte, Agusan del Sur y Compostela Valley. En la ciudad de Davao, la más grande de la región con más de 5 millones de habitantes, niños y docentes evacuaron escuelas hacia zonas altas y centros de resguardo.

El funcionario Bernardo Rafaelito Alejandro IV, de la Oficina de Defensa Civil, pidió a los pobladores que no regresen a sus hogares hasta nuevo aviso. “Instamos a las comunidades costeras a mantenerse en alerta y trasladarse a terrenos elevados. Las olas pueden llegar hasta dos horas después del sismo”, advirtió.

La tensión se sintió también en el mar. Autoridades portuarias ordenaron que las embarcaciones aseguren sus amarres y permanezcan fuera de las zonas costeras. “Los propietarios de barcos deben alejarlos del litoral y permanecer atentos a las actualizaciones oficiales”, añadió Alejandro IV.

Réplicas, daños y un país en emergencia

Horas después del temblor principal, el Phivolcs confirmó la ocurrencia de varias réplicas de menor magnitud, que reavivaron el temor en comunidades del sur. La agencia advirtió que se esperan más movimientos secundarios durante las próximas 48 horas.

El presidente Marcos Jr. informó que se registró al menos una víctima fatal, además de daños estructurales y cortes de energía en diversas localidades. Equipos de rescate fueron desplegados en Davao Oriental y zonas cercanas, aunque los trabajos se ven dificultados por la inestabilidad del terreno y los escombros.

En Davao City, varios videos difundidos en redes sociales muestran a estudiantes saliendo desesperados de sus aulas mientras caían objetos de los techos. “Fue muy fuerte y largo; sentí que el suelo se abría”, relató una docente local a medios filipinos.

El gobierno filipino activó de inmediato el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Desastres y dispuso refugios temporales en escuelas y centros deportivos. Las fuerzas armadas colaboran en la asistencia humanitaria y en el control del tránsito hacia las zonas seguras.

Un país acostumbrado a los desastres naturales

Filipinas se encuentra dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona donde convergen varias placas tectónicas y que concentra el 80% de los terremotos del planeta. Su posición geográfica también la expone a erupciones volcánicas y al paso de cerca de 20 tifones anuales.

El país aún no logra recuperarse del sismo de magnitud 6,9 ocurrido el 30 de septiembre pasado, que dejó 74 muertos y miles de desplazados en la provincia de Cebú. Ese antecedente refuerza la fragilidad de las infraestructuras y la complejidad de las tareas de rescate.

Niños y docentes fueron evacuados de las escuelas en la ciudad de Davao, cercana al epicentro. Foto: Getty.
Niños y docentes fueron evacuados de las escuelas en la ciudad de Davao, cercana al epicentro. Foto: Getty.

Expertos del Phivolcs remarcaron que el temblor de este viernes fue “particularmente peligroso” por su profundidad superficial. “Los sismos poco profundos liberan más energía en superficie, lo que aumenta el riesgo de destrucción y de tsunami”, explicaron.

Las alertas se extendieron también a Indonesia y Palaos, donde las agencias meteorológicas advirtieron sobre posibles variaciones del nivel del mar en las próximas horas.

El desafío de la reconstrucción y la prevención

Mientras se evalúan los daños, las autoridades filipinas enfrentan el reto de fortalecer los mecanismos de prevención y reconstrucción ante un panorama climático y sísmico cada vez más adverso.

“Cada terremoto nos recuerda la urgencia de contar con edificaciones seguras y planes de emergencia actualizados”, declaró Rafaelito Alejandro IV, quien coordina la respuesta nacional al desastre.

El presidente Marcos, por su parte, destacó la labor de los voluntarios y rescatistas: “La prioridad es proteger la vida. Los equipos están listos para actuar en cuanto las condiciones sean seguras”.

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