El fenómeno astronómico afectó a distintas ciudades de Norteamérica entre las que se encuentran: Mazatlan en México; San Antonio, Austin, Dallas, Indianápolis, Cleveland, Erie y Nueva York en Estados Unidos; Ontario, Monreal y Quebec en Canadá.

Se estima que al menos 32 millones de personas viven en la ciudades por donde pudo verse la trayectoria del eclipse solar. Además, las autoridades federales afirmaron que otras 5 millones de personas viajaron a estas localidades para poder presenciar el suceso.