En el marco de las negociaciones celebradas en Sharm el Sheij, un negociador de Hamás afirmó que Estados Unidos y los mediadores internacionales ofrecieron garantías de que la guerra ha terminado. Khalil al Hayya, en un comunicado citado por Al Jazeera, dijo que “recibimos garantías de los mediadores hermanos y de la administración de Estados Unidos confirmando que la guerra llegó a su final”.

Las partes que participaron en las gestiones son Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía. Según el dirigente palestino, Hamás actuó “con responsabilidad” ante el plan propuesto por el entonces presidente Donald Trump y anunció un acuerdo para poner fin a las hostilidades, retirar fuerzas de la Franja de Gaza y proceder a un intercambio de prisioneros.

Al Hayya detalló que el pacto contempla la liberación de 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua en Israel y de otros 1.700 detenidos tras el ataque del 7 de octubre de 2023. A cambio, Hamás entregaría a los 48 rehenes que permanecen en el enclave; se estima que alrededor de veinte de ellos siguen con vida, entre ellos tres ciudadanos argentinos —Eitan Horn, Ariel Cunio y David Cunio— y el cuerpo de otro argentino, Lior Rudaeff, quien fue asesinado el 7 de octubre y cuyo cadáver permanece en Gaza.

El negociador subrayó que el acuerdo forma parte de una estrategia mayor: Hamás continuará “trabajando con las fuerzas nacionales e islámicas para completar los pasos restantes y lograr los intereses de nuestro pueblo palestino, su autodeterminación y el cumplimiento de sus derechos hasta el establecimiento de su estado independiente con Jerusalén como su capital”.

Al Hayya defendió que la respuesta de la delegación persigue proteger derechos, evitar más derramamiento de sangre y plantea “nuestra visión para poner fin a la guerra”. No obstante, precisó que la implementación depende ahora de la ratificación por parte del gobierno israelí de la primera fase del plan para Gaza impulsado por Trump.

La declaración abre una nueva etapa en el conflicto, marcada por la expectativa internacional sobre la veracidad de las garantías anunciadas y sobre los pasos concretos que deberán seguirse para convertir ese compromiso en una solución sostenible. Hasta que Israel confirme formalmente la aceptación del acuerdo y se concreten los intercambios previstos, la situación seguirá siendo de alta incertidumbre para las familias de rehenes y para la población civil de la Franja.