En el contexto de los incendios forestales que afectan a Portugal, un total de 3.546 bomberos se encuentran trabajando intensamente para combatir las llamas en el norte y el centro del país. Este miércoles, se destaca el incendio más significativo, localizado en la zona de Arouca, aproximadamente a 60 kilómetros al sur de Oporto. Este incendio ha suscitado una atención especial debido a su magnitud y a su proximidad a áreas pobladas y plantaciones de eucalipto, que son abundantes en la región. 

Según la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil (ANEPC), a las 18:45 hora local se reportó un despliegue de 705 efectivos en Arouca, junto con 250 vehículos terrestres y cuatro medios aéreos. Desde el inicio del incendio, que se ha extendido desde el lunes, se ha cerrado el acceso a los senderos panorámicos de Passadicos do Paiva, una atracción turística muy visitada. El comandante de Protección Civil, Helder Silva, informó a la prensa que, tras un arduo esfuerzo realizado durante la noche, la situación en el área ha mostrado cierta mejora, aunque subrayó la persistencia de condiciones adversas. Los fuertes vientos cambiantes y la topografía complicada del terreno presentan un desafío significativo que impide declarar el control total del incendio. 

Silva calificó el evento como un "incendio forestal de gran magnitud en zonas de difícil acceso", lo que resalta la complejidad de las labores de extinción. Por otro lado, el incendio en Ponte da Barca, que ha estado activo durante cuatro días, involucra a 437 bomberos, quienes están siendo respaldados por 141 medios terrestres y siete aéreos. La situación meteorológica no es favorable, ya que el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA) ha emitido alertas de muy elevada a máxima sobre el riesgo de incendio forestal en el centro y el norte de Portugal, con la excepción de algunas áreas costeras. 

En el ámbito español, el panorama no es más alentador. Este miércoles, se reportan dos incendios graves en activo y descontrolados: el incendio del Barranco de las Cinco Villas en la provincia de Ávila, que ha llevado al confinamiento de dos localidades cercanas, y el incendio de Las Hurdes en Cáceres, que ha provocado el desalojo de 200 personas. Aunque se han observado ciertos avances en la contención del fuego, la evolución de ambos incendios sigue generando preocupación entre las autoridades y la población afectada.