El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, defendió este lunes la ofensiva militar de su país y calificó como "legítimos" los recientes ataques contra altos dirigentes de Hamás en Doha, Qatar. En una conferencia de prensa junto al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el mandatario también confirmó que la operación terrestre en la ciudad de Gaza sigue en marcha.

Durante el encuentro, Rubio reiteró el respaldo de Washington al gobierno israelí y los objetivos planteados por la administración de Donald Trump para una “paz duradera”: la liberación de todos los rehenes y el fin del liderazgo de Hamás.

Netanyahu, por su parte, insistió en que la guerra, que se aproxima a su segundo año, no concluirá hasta alcanzar todos los objetivos militares, incluida la eliminación total del grupo islamista en Gaza. Según informó, aún hay unos 50 rehenes en poder de Hamás, de los cuales se estima que al menos 20 siguen con vida.

Respecto a la próxima etapa del conflicto, el primer ministro reafirmó que las fuerzas israelíes avanzarán con la ocupación de la ciudad de Gaza, tal como anunció el mes pasado. “Estamos decididos a desmantelar la capacidad operativa de Hamás”, sostuvo. Israel ha emitido órdenes de evacuación forzosa a los residentes, instándolos a trasladarse al sur del enclave, mientras denuncia que Hamás impide la huida de civiles.

“Los combatientes de Hamás les disparan en las piernas para evitar que se vayan”, declaró Netanyahu, aunque no presentó pruebas que respalden esa afirmación. No obstante, subrayó que la operación se realizará “con o sin cooperación civil”, e instó a la población a “alejarse del peligro”.

Justificación del ataque en Doha

Netanyahu también se refirió a los bombardeos de la semana pasada en Doha, donde Israel atacó presuntas bases de Hamás. El episodio generó una ola de críticas por parte de la comunidad internacional, que consideró ilegal la operación.

El primer ministro israelí justificó el accionar señalando que Israel actuó “con total independencia”, y que el ataque buscaba enviar un mensaje claro: “Pueden huir, pueden esconderse, pero los encontraremos”.

Además, apeló a la resolución 1373 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prohíbe a los Estados albergar o financiar terroristas. “No se puede hablar de soberanía cuando se está dando refugio a grupos que practican el terrorismo”, afirmó, en alusión a Qatar.

Netanyahu comparó el ataque con la operación estadounidense contra Osama bin Laden en Pakistán y con las acciones encubiertas que Israel llevó a cabo en Europa durante los años ‘70 contra miembros de la OLP responsables del ataque a atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. “Nadie condenó a Israel en ese momento, a pesar de que los países europeos no albergaban a los terroristas, simplemente estaban allí”, dijo.

Rubio evitó pronunciarse directamente sobre la legalidad del ataque en Doha. Sí destacó que Qatar es un “aliado estratégico” de Estados Unidos y aseguró que la Casa Blanca busca evitar una mayor escalada regional. Días antes, el presidente Trump había advertido a Israel sobre su “acercamiento” hacia Qatar, instándolo a actuar con cautela.

Israel destruye la Torre Ghafri, el edificio más alto de Gaza

Mientras tanto, en el terreno, el Ejército israelí demolió este lunes la Torre Ghafri, un rascacielos de 18 pisos ubicado en la zona portuaria de la ciudad de Gaza. Con 60 departamentos residenciales, era el edificio más alto del enclave costero.

Según un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el inmueble albergaba supuestos “sistemas de inteligencia y puestos de observación” utilizados por Hamás para seguir los movimientos de las tropas israelíes. No obstante, el parte oficial no presentó evidencia que sustente dicha acusación.

Desde el inicio de la ofensiva militar, Israel ha justificado varios ataques contra infraestructura civil bajo el argumento de que Hamás la utiliza con fines militares, aunque organismos internacionales y residentes locales han puesto en duda la veracidad de esas versiones.

Para muchos palestinos, la destrucción de la Torre Ghafri se inscribe en una estrategia más amplia para vaciar la ciudad de Gaza y forzar el desplazamiento de más de un millón de personas hacia el sur, en preparación para una eventual ocupación total.

Hasta el momento, no se reportaron víctimas fatales por el derribo del edificio, pero medios locales informaron que decenas de familias perdieron sus hogares y pertenencias.