Israel dice que está desatando un "ataque sin precedentes" en Gaza
Se avecina más guerra en medio de un congelamiento de relaciones entre Trump y Netanyahu
En el contexto de un conflicto prolongado y complejo, Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, se encuentra en una encrucijada crítica que podría definir el futuro de las relaciones entre Israel y los palestinos, así como su vínculo con Estados Unidos, su principal aliado. Las decisiones que se tomen en este momento no solo tendrán consecuencias inmediatas, sino que resonarán a largo plazo en la geopolítica de la región.
Una de las alternativas que Netanyahu contempla es una reinvasión de Gaza, con el objetivo de eliminar a Hamas, una estrategia que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) están preparadas para implementar, con tropas posicionadas en las cercanías de la franja. Sin embargo, esta opción conlleva un alto costo humano, no solo para los gazatíes, sino también para los israelíes, y podría tensar aún más la relación entre Netanyahu y la administración Trump, así como con los estados del Golfo, que han mostrado interés en la estabilidad regional.
Por otro lado, un alto el fuego podría ofrecer una vía de escape temporal, aunque podría provocar el colapso del gobierno de Netanyahu. Esta opción permitiría a Israel restablecer su influencia en la Casa Blanca en un momento clave, ya que Donald Trump está reconfigurando la política estadounidense hacia el Golfo, Siria e Irán, con implicaciones que podrían perdurar durante años.
Las probabilidades de que Netanyahu opte por la reinvasión son alarmantemente altas, especialmente tras su declaración del 19 de mayo, cuando afirmó que las Fuerzas de Defensa de Israel “tomarán el control de toda Gaza”. Las tropas israelíes están listas para expandir su control más allá del 30% de los 365 kilómetros cuadrados que ya dominan. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder de un partido extremista en la coalición, ha ido más allá, sugiriendo que Israel debería desmantelar la franja completamente, catalogándola como una "gran ciudad del terror".
La situación en Gaza es crítica, con las FDI advirtiendo a los residentes de Khan Younis que evacuen debido a un “ataque sin precedentes” que se avecina. Israel confía en que una ofensiva decisiva podría acabar con los remanentes de Hamas. Sin embargo, el costo humanitario de tales acciones podría ser devastador; desde el colapso del alto el fuego, el 18 de marzo, se estima que han muerto alrededor de 5.000 gazatíes, elevando el total a más de 50.000, incluyendo a combatientes. La hambruna es generalizada en la región, y las FDI han intensificado su campaña con más de 100 ataques aéreos diarios.
Una guerra con muchas víctimas y sin una tregua a la vista
A pesar de que la administración Trump parece haber otorgado a Israel una mayor libertad de acción, la relación entre Netanyahu y el gobierno estadounidense se ha vuelto tensa. Steve Witkoff, enviado de Trump, ha sugerido en privado que Netanyahu debería buscar un acuerdo. Por su parte, J.D. Vance, vicepresidente de EE. UU., canceló su viaje a Israel, lo que podría interpretarse como un desinterés en respaldar la expansión militar de Netanyahu.
Trump ha mantenido una postura ambigua, expresando en varias ocasiones su deseo de ver el fin de la guerra, la liberación de rehenes y la entrada de suministros a Gaza, al tiempo que ha responsabilizado a Hamas de la situación actual. Sin embargo, el creciente distanciamiento entre Estados Unidos e Israel podría ser un factor que intensifique las tensiones en la región.
Netanyahu ha manifestado su sorpresa ante la reciente decisión de EE. UU. de iniciar diálogos con Irán respecto a su programa nuclear, así como el levantamiento de sanciones contra Siria, país que Israel considera una amenaza. La omisión de Israel en la agenda del presidente Trump durante su gira por Medio Oriente ha suscitado preocupaciones sobre la disminución de la influencia israelí en la región.
Los posibles nuevos aliados de Estados Unidos
Las esperanzas de que Arabia Saudita se una a los Acuerdos de Abraham parecen desvanecerse, ya que Trump ha aceptado que la normalización de relaciones no ocurrirá hasta que finalice el conflicto en Gaza. En este contexto, la reciente reunión con el presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, y la decisión de levantar sanciones, han generado inquietud en Jerusalén.
A pesar de la escalada militar, hay indicios de que la diplomacia no está muerta. Diplomáticos estadounidenses y qataríes están presionando para alcanzar un nuevo acuerdo entre Israel y Hamas. Recientemente, Hamas liberó a un soldado con ciudadanía israelí y estadounidense, mientras que Israel ha permitido la entrada de algunos suministros a Gaza, aunque con la preocupación de que estos puedan ser mal utilizados por Hamas.
Aunque la propuesta israelí de controlar la distribución de ayuda ha sido criticada, la posible muerte de Mohammed Sinwar, un líder de Hamas, podría abrir la puerta a negociaciones más pragmáticas. Sin embargo, los obstáculos para alcanzar una paz duradera permanecen. Israel ha propuesto un alto el fuego de aproximadamente dos meses, pero Hamas ha rechazado cualquier acuerdo que no implique el fin definitivo de la guerra.
Es incierto si se logrará un compromiso en el futuro cercano. Sin un acuerdo, el panorama para las próximas semanas es sombrío. Netanyahu ha declarado que solo finalizará la guerra al lograr una “victoria total”, lo que podría resultar en una devastación significativa para Gaza y un aislamiento mayor para Israel en el ámbito internacional.