Este verano, Europa ha enfrentado una serie de olas de calor intensas y generalizadas, con récords de temperatura alcanzados en el suroeste de Francia, Croacia y Hungría, donde se han superado los 40ºC en algunas regiones.

A medida que el cambio climático provoca una mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor, la demanda de energía se dispara, ya que las personas buscan maneras de mantenerse frescas. Simultáneamente, las altas temperaturas están afectando el suministro eléctrico, especialmente en las centrales térmicas, que dependen del agua de los ríos para su refrigeración.

Los expertos advierten que las olas de calor están poniendo a prueba la red eléctrica del continente. Subrayan la necesidad urgente de que los sistemas energéticos se adapten, aumentando la flexibilidad y acelerando la transición hacia fuentes de energía renovables para reducir la dependencia de los combustibles fósiles que contribuyen al calentamiento global. Los Gobiernos también deben enfrentar el desafío de gestionar las olas de calor sin sufrir apagones ni aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.

El aumento del consumo energético en busca de frescura

Según Pawel Czyak, Director de Política Energética para Europa de Ember, las recientes olas de calor son un recordatorio de que el sistema eléctrico europeo debe estar preparado para soportar temperaturas cada vez más extremas. "Los sistemas eléctricos de Europa están siendo nuevamente desafiados por temperaturas récord", afirma.

El análisis de la ola de calor de julio realizado por el think tank revela que la creciente demanda de refrigeración llevó el consumo de electricidad a máximos estivales. En España, el consumo eléctrico se disparó alrededor del 14%, y en Alemania y Francia, la demanda también aumentó durante las horas pico, lo que encendió las alarmas entre los operadores eléctricos.

Las altas temperaturas estivales se están convirtiendo rápidamente en la norma, y el uso de sistemas de aire acondicionado es cada vez más común. Se proyecta que el número de aparatos de aire acondicionado en la UE aumentará de menos de 7 millones en 1990 a más de 100 millones para 2030. A pesar de este crecimiento, el aire acondicionado representa solo el 0,6% del consumo energético de los hogares europeos.

Los datos indican que Italia es, con diferencia, el mayor consumidor de aire acondicionado en la UE, representando un tercio de toda la electricidad consumida por este sistema en los 27 Estados miembros, a pesar de tener algunos de los precios más altos en electricidad. Grecia ocupa el segundo lugar, seguido de Francia, España y Alemania.

La presión del calor en las centrales eléctricas

Las olas de calor no solo aumentan la demanda de electricidad, sino que también pueden reducir la producción de ciertas fuentes de energía. Este verano, varios países europeos han tenido que disminuir repetidamente la producción de electricidad o cerrar reactores nucleares debido a las extremas condiciones climáticas.

Durante la ola de calor del 28 de junio al 2 de julio, 17 de las 18 centrales nucleares francesas se vieron obligadas a reducir su capacidad, y algunas tuvieron que cerrar completamente.

En la última ola de calor, se emitieron múltiples avisos de reducción de potencia, especialmente en el río Ródano, en el este, y en el Garona, en el oeste del país. Aproximadamente tres cuartas partes del territorio continental enfrentaron alertas de calor el miércoles, mientras se batían récords de temperatura en el suroeste.

¿Por qué el calor extremo representa un problema para las centrales nucleares? Para enfriar los reactores, se bombea agua desde los ríos o el mar, que luego se libera a una temperatura más alta. Sin embargo, las olas de calor hacen que el agua bombeada ya esté caliente, lo que afecta la capacidad de la planta para enfriarse adecuadamente, y si el agua liberada está demasiado caliente, puede amenazar la biodiversidad local.

Diseñada para climas más suaves y predecibles, la red eléctrica europea enfrenta serios desafíos ante el calor extremo. A principios de julio, se reportaron apagones en ciudades como Roma, Florencia, Bérgamo y Milán, cuando la infraestructura italiana, envejecida, alcanzó su límite.

El esfuerzo por equilibrar el sistema debido al aumento de la demanda eléctrica de los sistemas de refrigeración fue un factor contribuyente. Además, el proveedor de energía Enel indicó que los cables subterráneos también se habían expandido y sobrecalentado. A altas temperaturas, estos cables tienen dificultades para disipar el calor.

Si no se implementan mejoras en la red para hacerla más resistente a fenómenos meteorológicos extremos, la prueba de resistencia que representan las olas de calor podría resultar en más apagones similares a los ocurridos en Italia.

¿Pueden las energías renovables ayudar a las redes eléctricas a adaptarse?

Aunque las condiciones soleadas traen consigo calor, también pueden generar más electricidad. En junio de 2025, se registró la mayor producción mensual de electricidad solar en la UE, con más del 40% de la producción proveniente de los Países Bajos y el 35% de Grecia.

El impulso solar mantuvo la red eléctrica bien abastecida durante las horas diurnas, siendo más abundante al mediodía, cuando la demanda de aire acondicionado es mayor, lo que ayudó a aliviar la tensión en la red y a evitar apagones.

"Las centrales térmicas sufrieron apagones debido a problemas de refrigeración en las instalaciones nucleares, mientras que el fuerte rendimiento de la energía solar contribuyó a estabilizar las redes tensas", señala Czyzak. "Invertir en redes flexibles y alimentadas por energías renovables ayudará a fortalecer el sistema eléctrico y a mantener los costos bajos".

Sin embargo, en otros lugares, las olas de calor de julio provocaron un desplome en la producción eólica. Durante una racha de temperaturas extremas, la producción de energía eólica en Finlandia se redujo a niveles históricamente bajos. El país tuvo que recurrir a la energía hidroeléctrica, pero esta no fue suficiente para cubrir el déficit de producción.

En el Reino Unido, los aerogeneradores prácticamente se paralizaron durante esta semana debido a la ola de calor. El miércoles, la energía eólica representó solo el 5% del mix energético, mientras que el gas aumentó a más de un tercio, según datos del Operador Nacional del Sistema Energético.

Estos extremos destacan el papel cada vez más crucial de la energía solar en la resistencia a las olas de calor, pero también evidencian que las energías renovables por sí solas no son la solución definitiva, a menos que se complementen con almacenamiento y redes más inteligentes.