Maduro advierte que responderá con fuerza si Estados Unidos invade Venezuela
El mandatario venezolano afirmó que los canales de diálogo con Washington están rotos y denunció que ocho barcos y 1.200 misiles apuntan a su país.
En una declaración que intensificó aún más la tensión entre Caracas y Washington, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este lunes que su país está preparado para una “lucha armada” en caso de una invasión estadounidense. En una rueda de prensa celebrada en Caracas, Maduro dijo que Venezuela se encuentra “en un periodo especial de máxima preparación” y que, ante cualquier agresión, pasaría “inmediatamente al período de lucha armada en defensa del territorio nacional y de la historia y del pueblo de Venezuela”.
Las palabras del mandatario se producen tras el anuncio del gobierno de Estados Unidos sobre el envío de buques de guerra y unos 4.000 efectivos hacia el sur del Caribe, en las proximidades de las aguas territoriales venezolanas, con el objetivo oficial de realizar maniobras y operaciones contra el narcotráfico. Washington precisó posteriormente que el despliegue en aguas internacionales busca atacar a organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes.
Maduro criticó con dureza esa decisión y aseguró que los canales diplomáticos con Estados Unidos están abiertos, aunque “estimó” que en ese momento ambos estaban “malogrados”. Además, acusó al entorno del presidente estadounidense, aludió al secretario de Estado y a otros funcionarios —en la nota reproducida en medios se mencionó a Marco Rubio, aunque Rubio es senador— y aseguró que existe un plan para empujarlo a “un baño de sangre” y provocar una masacre contra la población venezolana.
En un tramo de su intervención, el presidente venezolano denunció que ocho buques militares, “con 1.200 misiles” y un submarino, apuntan hacia su país, y calificó ese despliegue como “una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal”. Ante lo que definió como “máxima presión militar”, anunció la declaración de “máxima preparación” de las fuerzas venezolanas.
Como parte de las medidas internas, Maduro convocó al alistamiento de reservistas y ordenó la activación de la Milicia Nacional Bolivariana, un cuerpo constituido por civiles y considerado por analistas como políticamente alineado con el gobierno. El mandatario sostuvo que, entre milicianos y reservistas, la cifra total de movilizables alcanzaría los 8,2 millones de venezolanos.
El episodio se produce en un contexto ya tenso por otras acciones de Washington: la administración estadounidense elevó la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, acusándolo de presuntos vínculos con cárteles del narcotráfico, y fijó el monto en 50 millones de dólares.
En su discurso, Maduro aseguró que “Venezuela jamás va a ceder frente a chantajes, ni amenazas de ningún signo”, y remarcó la disposición del gobierno a mantener canales de diálogo, aunque condicionó su continuación a cambios en las dinámicas de confrontación entre ambos países. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los hechos, dado el potencial impacto regional de una escalada militar o de sanciones adicionales.