Netanyahu abre negociaciones por una tregua en Gaza mientras prepara una ofensiva total en la ciudad de Gaza
El primer ministro israelí anunció el inicio de conversaciones para un alto el fuego y la liberación de rehenes, pero al mismo tiempo ordenó avanzar con un plan militar para “tomar el control” de la Franja de Gaza. El contraste entre las negociaciones y el despliegue bélico genera incertidumbre y alarma internacional.
¿Negociación o nueva ofensiva?
Este jueves 21 de agosto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció que su gobierno iniciará “negociaciones inmediatas” para una tregua en Gaza y la liberación de todos los rehenes en poder de Hamás. La declaración fue emitida durante una visita a soldados israelíes en el enclave palestino, donde además confirmó que aprobó el plan para avanzar militarmente sobre la Ciudad de Gaza.
“He dado instrucciones para iniciar negociaciones para la liberación de todos nuestros rehenes y el fin de la guerra en términos aceptables para Israel. Estamos en una fase de toma de decisiones”, afirmó Netanyahu.
Su mensaje llega apenas días después de que Hamás anunciara, el 18 de agosto, su aceptación de una propuesta de alto el fuego que contempla una tregua de 60 días y la liberación escalonada de rehenes. Sin embargo, Israel ha rechazado anteriores propuestas de este tipo por considerarlas “inaceptables” debido a las condiciones impuestas por el grupo islamista, como el retiro total de tropas israelíes y el ingreso irrestricto de ayuda humanitaria.
Israel convoca reservistas y acelera la ofensiva en Gaza
En paralelo al anuncio diplomático, el gobierno israelí refuerza su ofensiva terrestre. El ministro de Defensa, Israel Katz, informó esta semana que se convocaron a 60.000 reservistas como parte del plan para “tomar el control total” de la Ciudad de Gaza, operación que podría comenzar en los próximos días.
El Ejército ya realiza incursiones en sectores clave como el barrio de Zeitoun y el campo de refugiados de Jabalia. Son zonas donde, pese a ofensivas anteriores, Hamás logró reagruparse, según fuentes militares. Ahora, las fuerzas israelíes planean operar en áreas aún no ocupadas, donde el grupo palestino seguiría teniendo presencia política y militar.
A pesar del avance militar, no se observan desplazamientos masivos de civiles palestinos como en ofensivas previas. Residentes locales afirman que ya no queda ningún lugar seguro en Gaza, mientras el Ejército asegura que controla el 75% del territorio.
Protestas en medio de la devastación y el temor al exilio forzado
En un gesto poco habitual en medio del conflicto, cientos de personas se manifestaron en la Ciudad de Gaza para rechazar la guerra y el posible desplazamiento masivo de la población. Mujeres, niños y desplazados levantaron pancartas con mensajes como “Salven Gaza” y “Detengan la guerra”, en medio de los escombros y al sonido de música palestina.
“No queremos emigrar. Veintidós meses de guerra ya es suficiente. Basta de muertes, basta de destrucción”, expresó Bisan Ghazal, una mujer desplazada de la Ciudad de Gaza.
Críticas desde dentro de Israel
Las decisiones de Netanyahu también provocan tensiones internas. Familiares de rehenes han criticado con dureza la ofensiva, calificándola como una “sentencia de muerte” para quienes aún siguen cautivos. Temen que una acción militar a gran escala frustre toda posibilidad de rescate con vida.
A más de 22 meses del inicio de la guerra, Israel se enfrenta a una encrucijada: avanzar con una operación militar que busca debilitar a Hamás o abrir un camino diplomático que permita frenar el conflicto y recuperar a los rehenes. La decisión final, en manos del gobierno de Netanyahu, marcará el futuro inmediato de Gaza.