Un frente frío polar de características inusuales impactó el sureste de Australia durante el reciente fin de semana, resultando en una de las nevadas más significativas y extensas registradas en las últimas décadas. En diversas áreas elevadas de Nueva Gales del Sur, se documentaron acumulaciones de nieve que superaron los 50 centímetros, mientras que Queensland experimentó su primera nevada en más de diez años. Esta situación llevó a que miles de residentes enfrentaran serios inconvenientes, incluyendo colapsos en la infraestructura, cortes de suministro eléctrico y emergencias relacionadas con inundaciones y deslizamientos de tierra. 

Los servicios de rescate se vieron obligados a intervenir en varias localidades afectadas. El origen del fenómeno se atribuye a la interacción de una masa de aire polar proveniente del sur de Tasmania y un sistema de baja presión que se desplazó por la costa este del continente, generando bandas de precipitación fría que, al encontrar la orografía del Northern Tablelands, provocaron nevadas de intensidad notable.