Un levantamiento juvenil en Nepal, liderado por la autodenominada “Generación Z”, provocó en las últimas 24 horas un caos generalizado en el país, el colapso del gobierno, el incendio del edificio del Parlamento y la muerte de al menos 25 personas.

La revuelta alcanzó su punto máximo este martes con la renuncia del primer ministro, K.P. Sharma Oli, tras una jornada de protestas masivas contra la corrupción y el bloqueo de las redes sociales que dejaron también cientos de heridos.

En ese marco se vivieron escenas de violencia extrema. Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del exprimer ministro Jhalanath Khanal, murió luego de ser quemada viva en su propia casa, según informaron medios locales.

¿Qué está pasando en Nepal?

Qué está pasando en Nepal: bloqueo de redes sociales, corrupción, muertes y protestas

Las protestas en la capital nepalí comenzaron el lunes y fueron lideradas por jóvenes que se rebelaron contra la prohibición de 26 plataformas de redes sociales -entre ellas Facebook, Instagram, Whatsapp y X-, anunciada el 4 de septiembre por el Gobierno.

El gabinete exigió a todas las plataformas registrarse en un plazo de siete días bajo la “Directiva sobre Regulación de Uso de Redes Sociales, 2023″, que obligaba a las empresas a obtener una licencia en tres meses, renovarla cada tres años y designar un representante en Nepal.

Como la mayoría de las compañías no cumplieron con el plazo, el Ministerio de Comunicación ordenó bloquear los servicios. Además, instruyó a los proveedores de internet a aplicar la prohibición.

El impacto fue inmediato en un país donde las redes sociales concentran casi el 80 % del tráfico de internet. Según datos oficiales, Nepal cuenta con 2,97 millones de suscriptores de internet.

¿Cómo cayó el gobierno de Nepal?

La concentración pacífica de miles de jóvenes frente al Parlamento en New Baneshwor se tornó violenta cuando las autoridades respondieron con represión al traspaso de algunos manifestantes de las barricadas policiales.

“La policía usó fuerza excesiva: se dispararon balas a la cabeza, al corazón y al estómago”, denunció el manifestante Prakash Thami, hospitalizado con heridas. Amnistía Internacional condenó las muertes como violaciones del derecho internacional y la ONU exigió una investigación urgente y transparente.

El primer ministro Oli defendió la prohibición de las redes sociales y acusó a los manifestantes de ser “anarquistas”, pero pronto se vio acorralado. Cinco ministros renunciaron en rechazo a la represión de las protestas.

La presión política y social desembocó finalmente en la dimisión del propio Oli, incapaz de contener una revuelta que convirtió a los jóvenes en protagonista de un movimiento sin precedentes en Nepal.

(Con información de EFE)