Elevan a 1.400 la cifra de muertos y siguen llegando heridos a los hospitales
El sismo de magnitud 6,0 dejó al menos 1.411 muertos y más de 3.100 heridos. Las autoridades temen que haya muchas personas aún atrapadas bajo los escombros. La ONU y varios países enviaron ayuda de emergencia.
El devastador terremoto de magnitud 6,0 que sacudió el este de Afganistán el domingo por la noche ya dejó 1.411 muertos y más de 3.100 heridos, según el balance actualizado este martes por el gobierno talibán. Además, al menos 5.000 viviendas fueron completamente destruidas.
La situación sigue siendo crítica: los hospitales están desbordados y los equipos de rescate denuncian que aún quedan personas atrapadas bajo los escombros, especialmente en aldeas de difícil acceso en zonas montañosas.
"Han pasado más de 32 horas desde el terremoto y los heridos siguen llegando", declaró el doctor Sharif Khamosh, del Hospital Regional de Nangarhar, en Jalalabad. "Todavía recibimos reportes de personas atrapadas. Esta mañana, tres aeronaves trajeron heridos graves al hospital", agregó.
El epicentro se ubicó en el distrito de Kama, provincia de Nangarhar, a una profundidad de apenas 10 kilómetros, lo que potenció el impacto destructivo del sismo. La provincia vecina de Kunar fue la más golpeada, con numerosas aldeas rurales devastadas.
El hospital provincial de Asadabad, con una capacidad de 150 camas, recibió a más de 200 pacientes solo en las primeras horas tras el desastre. En paralelo, helicópteros de la administración talibán evacuaban heridos hacia Jalalabad y otras ciudades mientras equipos intentan despejar rutas bloqueadas por deslizamientos de tierra.
Las víctimas no solo enfrentan la pérdida de familiares y hogares. También se reportan graves daños en mezquitas, escuelas, cultivos y ganado, lo que agrava la ya frágil situación económica de miles de familias rurales.
La respuesta humanitaria
La ONU estima que unas 12.000 personas fueron directamente afectadas. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) identificó como prioridades inmediatas el acceso a refugios temporales, agua potable, medicamentos y alimentos.
En respuesta, Naciones Unidas liberó 5 millones de dólares de su fondo de emergencia. El Reino Unido anunció el envío de un millón de libras en ayuda humanitaria, mientras que la India despachó mil carpas y toneladas de alimentos.
También se sumaron China, Pakistán, Irán, Egipto y la Unión Europea, que ofrecieron distintos tipos de apoyo logístico y financiero.
Un país al límite
La emergencia golpea a un Afganistán inmerso en una crisis económica profunda, con un sistema sanitario debilitado por la falta de recursos y la reducción de la ayuda internacional tras la vuelta del régimen talibán al poder en 2021.
Las restricciones impuestas por el régimen, especialmente hacia las mujeres y las organizaciones humanitarias, complican aún más el trabajo de los rescatistas y voluntarios sobre el terreno.
En medio de esta catástrofe, Afganistán enfrenta el desafío de evitar que la tragedia escale aún más, mientras el mundo observa con preocupación y ofrece ayuda para asistir a una población golpeada, vulnerable y necesitada de asistencia urgente. /Clarín
Con información de EFE.