El daño que generan el robo de cables y el vandalismo sobre el sistema de alumbrado público implica gastos constantes de las autoridades para reponer las cosas robadas. 

El director de Alumbrado Público capitalino explicó que se trata de el robo más grande de los últimos tiempos. Se llevaron casi un kilómetro de cable valuado en 900 mil pesos en la zonas de Av. Alem y Américo Vespucio. 

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Además, se agrega que las zonas en las que se corta la energía por el robo de cables dejan de funcionar las alarmas, de modo que eso favorece la posibilidad de ataques delictivos. Vecinos y empleados de comercios dan cuenta de los riesgos adicionales que sufren por la oscuridad.