El papa Francisco ha sido conocido por su postura de aceptación y acogida hacia las comunidades homosexuales y transgénero desde su famosa declaración en 2013 de "¿quién soy yo para juzgar?". En una entrevista reciente con la revista española Vida Nueva, reafirmó su convicción de que "los transexuales son hijos de Dios" y que el Evangelio es para todos, sin excepciones.

En enero pasado, el papa criticó las leyes que criminalizan la homosexualidad, calificándolas de "injustas", y afirmó que Dios ama a todos sus hijos tal y como son. Instó a los obispos católicos a acoger a las personas LGBTQ en la Iglesia y reconoció que algunas partes del mundo aún mantienen actitudes discriminatorias hacia la comunidad LGTBQ, considerando la homosexualidad como un "pecado". Sin embargo, Francisco atribuyó estas actitudes a factores culturales y enfatizó la necesidad de un proceso de cambio para reconocer la dignidad de todos.

En un anuncio al final de una misa celebrada ante un millón y medio de jóvenes en Lisboa por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el papa Francisco declaró que la próxima JMJ se llevará a cabo en Seúl en 2027. Resaltó que este cambio de locación, desde la frontera occidental de Europa hacia el lejano oriente, simboliza la universalidad de la Iglesia.