El próximo martes, la Selección enfrentará un desafío fuera de la cancha en el Maracaná: altas temperaturas históricas. Esta semana, Brasil ha experimentado temperaturas climáticas extremas. En Río de Janeiro, alcanzó una sensación térmica récord de 58,5°C. Quince estados del país emitieron alertas por las altas temperaturas , tomando medidas preventivas ante los riesgos de golpes de calor.
El fenómeno de El Niño ha desencadenado esta ola de calor, contribuyendo a una sequía sin precedentes, lluvias intensas e incendios en el Pantanal. A pesar de la buena noticia de la lluvia prevista este fin de semana en Río de Janeiro.
Se espera que el calor persista para el día del partido, con una temperatura prevista de 25°C y un 78% de humedad. Aunque no habrá un golpe de calor inmediato, la densidad del aire podría afectar el rendimiento de los jugadores, tanto de la Selección como de la "canarinha".
Este ambiente no solo pondrá a prueba la resistencia de Lionel Messi y sus compañeros, sino que también afectará a los jugadores brasileños que compiten en ligas europeas. Con condiciones tan desafiantes, el partido del martes no solo será un enfrentamiento futbolístico, sino también una batalla contra el clima para ambos equipos.