Pirotecnia y autismo: cómo afecta su uso en niños con TEA durante las fiestas
Durante las fiestas de fin de año es muy común que se suelten fuegos artificiales, un show de luces en el cielo que entretiene a varias personas. Sin embargo, hay quienes terminan envueltos en un ataque de nervios. El 80% de las personas con algún Trastorno del espectro autista (TEA) tienen desorden del procesamiento sensorial agregado, lo que los hace hipersensibles a ciertos ruidos de alto impacto.
Es un momento que les genera mucho estrés y, en casos extremos, logra que se autolesionen, por lo que incluso se recomienda que usen casco o guantes. A veces una simple bocina en la calle les afecta, por lo que la magnitud de estos estallidos logran que se desestabilicen por completo.
El médico pediatra especialista en neurodesarrollo, el doctor Juan Pablo Molina, afirmó: “Los chicos con esta condición tienen dificultad para procesar ciertos estímulos, en este caso el auditivo, que muchas veces, al ser tan estruendoso y de tal intensidad; además de sorpresivo, genera obviamente en los chicos reacciones aversivas, de mucho miedo al no estar preparados para este tipo de eventos”.
“Es importante seguir concientizando a la sociedad en general, tenemos que entender la neurodiversidad, que ellos lo asimilan de esa manera y hacerlo de una forma que sea buena para todos. Y justamente me parece que en ese sentido la campaña ‘Más Luces, menos ruido’ está muy bien orientada”, aseguró el referente en la materia.
En este sentido, Molina indicó que de a poco la comunidad genera empatía con los niños con TEA y deciden festejar sin ruidos: “Con los años uno puede ver que hay concientización en diferentes sectores de la sociedad, especialmente a nivel micro. Por ejemplo, pacientes que cuentan que en el mismo barrio todos han entendido que hay un niño con autismo y que necesitan tener más cuidado. Muchas veces los vecinos se ponen de acuerdo en no comprar fuegos artificiales que hagan ruidos fuertes o estruendosos. Eso funciona y la verdad es que la terminan pasando muy bien todos».
“Después, a nivel macro, las campañas explican muy bien qué le pasa a un niño con autismo cuando siente un estímulo tan fuerte. Ha repercutido en políticas que ya están planteando leyes posibles para tratar de regular el uso de este tipo de fuegos artificiales”, comentó.
Recomendaciones
El especialista expresó: “Lo ideal es que los papás estén asesorados, ya sea por el equipo que los acompaña, o también con la búsqueda en internet, porque realmente hay mucha información donde se enseñan ciertas estrategias para poder facilitarles ese momento al niño. Entre esas pueden ser, por ejemplo, la anticipación; es fundamental trabajar con el chico los días previos, haciéndole notar que se acerca una fecha donde pueden suceder cosas muy buenas, como recibir regalos, la Navidad, se va a juntar la familia; pero al mismo tiempo también va a suceder esto”.
“La anticipación a los chicos les ayuda a entender que no es algo sorpresivo y, en los minutos previos, podemos retirarnos si el niño está asustado, o creemos que no va a tolerar ese tipo de estímulo, hacia alguna habitación más apartada», sostuvo el profesional.
Por último, Molina aconsejó valerse de auriculares bloqueadores de sonido o poner música para relajar al pequeño: «En algunos casos, algunos papás tienen dispositivos tipo auriculares que generan un ruido blanco o les ponen música y crean un momento más propicio para que el momento de los fuegos artificiales no sea algo estresante”.
Reflexión
Finalmente, el médico pediatra sostuvo que estas nuevas estrategias son beneficiosas para todos: “Me parece muy bien que vayamos en esta dirección, nos viene bien a todos, no es que va en contra de las empresas que venden fuegos artificiales. En ese sentido, el sector empresarial ha ido tomando decisiones en función de tener fuegos artificiales más visuales o que generen otro tipo de estímulo y no necesariamente ese estímulo aberrante que no solamente le afecta a niños con autismo, también a niños de menor edad que no tienen autismo y que les molestan esos ruidos fuertes; a los animales y la contaminación ambiental a través del ruido”.