Después del dengue: consejos para volver a la normalidad

La enfermedad no deja secuelas ni se prolonga más allá de diez días, pero debilita, baja las defensas y puede alterar algunas funciones del organismo. precauciones, controles y tiempos.
domingo 28 de abril de 2024

Unas 40.000 personas han sido diagnosticadas con dengue este año en Tucumán, pero se sabe que la infección que porta el mosquito Aedes aegypti alcanzó a muchos más, lo que dio lugar a la epidemia más importante que ha afrontado la provincia.

En ese marco, surgen muchas dudas con respecto la enfermedad, y una de ellas tiene que ver con los efectos que causa el virus del dengue a largo plazo, qué estudios deben realizarse quienes lo sufrieron, qué se puede hacer y qué no después de haber soportado la dolencia.

Aunque no es común que el dengue deje secuelas, se han visto este año más pacientes que presentan algún trastorno luego de cursar la patología.

Uno muy común por el que suelen consultar es astenia, fatiga o cansancio, asegura el doctor Sebastián Vega, miembro del equipo de Coordinación del Hospital Virtual del Ministerio de Salud.

Debilidad y cansancio

Los pacientes pueden presentar debilidad o refieren que se cansan muy rápido cuando intentan hacer actividades que antes de contagiarse hacían con normalidad, cuadro que suele durar entre dos y cuatro semanas.

Vega tranquiliza de entrada asegurando que no hay un dengue prolongado. “El virus está sólo por unos días en el cuerpo. Luego, las complicaciones que pueden aparecer están relacionadas a la respuesta exagerada del organismo en su mecanismo de defensa. Y eso depende de cada paciente”, asegura.

La prescripción de estudios posteriores está relacionada con el estado clínico de cada paciente que se enfermó, aclara el médico, que recomienda hacer análisis en adultos mayores, personas con diabetes o con obesidad, y también en quienes presentan una infección concurrente o afrontaron dengue grave.

Otro aspecto a considerar es que si la persona que estuvo enferma presentó una baja muy pronunciada de las plaquetas, descenso de glóbulos blancos y alteración de enzimas hepáticas, lo ideal es repetir todos los análisis dos semanas después del alta para asegurarse que esos valores se hayan normalizado.

Mientras dura el proceso, generalmente de siete a 10 días, en la persona se registra una inmunodepresión transitoria que puede asociarse a otra infección, agrega Vega. “Las infecciones asociadas que más hemos visto son: respiratoria, urinaria o en la piel. Por eso, hay que estar muy atentos si después de la enfermedad reaparece la fiebre e investigar de qué se puede tratar”, explica.

Luego cuenta que generalmente, de cada 100 pacientes, hay 90 que se curan sin complicaciones y otros que pueden tener síntomas de alarma. El 1 por ciento suele desarrollar cuadros de gravedad.

“Hay que estudiar bien cada caso A algunos pacientes se les puede solicitar estudios de laboratorio para ver si tienen compromiso hepático. Este es un daño que también puede ser causado por uso excesivo de paracetamol. El trastorno suele ser transitorio y el hígado se recupera”, tranquiliza el médico.

Igualmente, explica que siempre se les aconseja a los pacientes que tuvieron dengue un cuidado especial con la alimentación: que eviten las comidas con grasa, frituras y fiambres.

Anomalías gástricas

Al respecto, la nutricionista del hospital modular de Lomas de Tafí, licenciada Felicitas Rodríguez Vieyra, señala que el virus no sólo agrede la parte hepática, también suele presentarse asociado a diarrea, por lo cual se recomienda una dieta astringente y baja en grasa.

“Aconsejamos el consumo de lácteos y quesos descremados, de carnes magras y sobre todo blancas -como el pollo y el pescado- de cereales como arroz, fideos blancos, polenta. Dentro de las verduras, tenemos algunas como la zanahoria, que es astringente, a la que se puede agregar calabaza, zapallo, berenjena; todo siempre cocido, sin semillas y sin cáscaras. Con las frutas se aconseja lo mismo; no se deben consumir crudas, sino cocidas en compota o al horno”, enumera la profesional.

Si durante la enfermedad se presentan hemorragias y anemia, posteriormente se debe mantener una alimentación que pueda cubrir los déficits de hierro y proteínas para aumentar las plaquetas.

“Después de que ya pasó toda la sintomatología gastrointestinal -diarrea, náuseas, vómitos- se puede habilitar el consumo de alimentos que no estaban aptos antes, como legumbres y carnes rojas. La idea por sobre todo es reforzar el sistema inmune con la incorporación de vitaminas C, B12 y D, para que ante una próxima enfermedad viral ya el paciente se encuentre fortalecido”, remarca.

Actividad física

Una de las dudas más recurrentes entre quienes sufrieron dengue es cuándo pueden retomar la actividad física. Vega recomienda esperar entre 10 y 15 días. En algunos casos, según dijo, puede aparecer una inflamación muscular, que es transitoria. “También se aconseja volver al ejercicio en forma progresiva y no de golpe, porque esto puede ser contraproducente”, advierte.

El doctor Roque González, referente de la División de Medicina del Deporte de la Provincia, dice que “si permanecen algunos síntomas siempre es conveniente hacer la consulta clínica. Si bien las complicaciones son muy poco frecuentes, hay que estar alertas. Cuando el paciente nota que después de un tiempo, cada vez que quiere hacer cualquier clase de movimiento, le falta el aire, tiene palpitaciones en el corazón o le duele el pecho, debe acudir a un profesional médico para que determine la necesidad de desarrollar algún control específico”.

Otras molestias que suelen aparecer en el postdengue aparecen en los ojos o el oído. En ambos casos se recomienda consultar especialistas. Hay pacientes que presentan mareos, cuenta el otorrinolaringólogo Gustavo Cassera: “he visto casos de mareos; se trataba de personas recientemente convalecientes. Lo atribuimos más al estado posviral de desgaste y agotamiento. Además, la mayoría cursaba el cuadro con alteraciones (registradas en aumento) de las transaminasas hepáticas, lo cual no se logra determinar fehacientemente si es por la virulencia del dengue o el abuso de la medicación con paracetamol”.

“En la gran mayoría de los pacientes se recuperaron espontáneamente, mientras que otros debieron ser asistidos y controlados por gastroenterólogos. En el caso de las afecciones otorrinolaringológicas, lo que sí pude ver fueron complicaciones con enfermedades respiratorias, varias cursando simultáneamente con el dengue, ya que este último produce una inmunodepresión, con marcada leucopenia (baja de glóbulos blancos) que predispone a la infección con gérmenes oportunistas. Por eso, es bueno hacer un control con el médico de cabecera o de confianza, sobre todo si no hay una correcta y rápida recuperación. Además, hay que determinar si es la primera o la segunda infección; revisar las inmunoglobulinas de Dengue (IgG e IgM), la función hepática y renal y la coagulación”, recomienda el facultativo.