La situación es extraña, o más bien ajena a la ortodoxia judicial, y se centra en una escena que ocurrió el viernes pasado, cuando la jueza federal de Goya Cristina Pozzer Penzo, junto a sus colaboradores y una decena de agentes federales, posó en la puerta del juzgado con más de un centenar de cajas de cartón, que fueron acomodados prolijamente en la vereda. Lo que servía de escenografía en el piso era la causa judicial de Loan Peña, que ese día, después de casi un año de instrucción, partió en dos camionetas para los tribunales federales de Corrientes, a la espera del juicio, que -según prevén los más optimistas- se hará antes de fin de año.

Entre quienes posaban para las fotos -como si frente a ellos tuvieran un trofeo, con esas esas cajas repletas de documentos, 92 cuerpos de expediente, de pericias que se hicieron mal, de datos erróneos, de falsas declaraciones- hay una certeza clave: a Loan lo “sustrajeron” aquel 13 de junio en el campo de su abuela Catalina. Eso es lo que hasta ahora pudo probar la justicia federal, aunque el sentido común vaya a contramano de presumir algo que parece obvio.

A la par de esa certidumbre, Catalina, la abuela del menor, habló nuevamente sobre lo sucedido ese día y sostuvo: “Para mí, está vivo”.

A casi un año de la desaparición de Loan, habló la abuela sobre aquel último almuerzo familiar

“Tanto hablar me hace llorar porque siento en el alma lo que pasó. ¿Cómo se va a perder esa criatura? No se perdió en mi casa, se perdió en el monte, pero como me vino a verme por primera vez pasó esto”, señaló la mujer.

Catalina recordó que organizó una comida por una promesa a San Antonio y había invitado a su hija Laudelina, quien invitó luego a María Victoria Caillava y su esposo, Carlos Pérez, mientras que su yerno, Antonio Benítez, fue quien convocó a Daniel “Fierrito” Ramírez y a su esposa María Millapi.

“Después de comer, se fueron todos al monte. Primero se fue mi yerno y después los llamó al resto para que vayan a caminar al campo. Ramírez le dijo a la mujer y ella primero no quiso, porque no conocía, pero fueron igual a mostrarle el camino al monte”, señaló y aseguró que Caillava se quedó. “Ahí la llamó el marido y le dijo que se había perdido la criatura”.

“A mi nieto se lo llevaron. Lo tuvieron en una casa abandonada en el campo”, aseguró Catalina.

A casi un año de la desaparición de Loan, habló la abuela sobre aquel último almuerzo familiar

Si bien dijo que "no sabe" si estuvo todo armado desde el momento del almuerzo, sí contó que, luego de la desaparición de Loan, cuando el secretario de Gobierno le pidió que ayudara en la búsqueda, su hija Laudelina no permitió que se fuera.

Respecto a María Victoria Caillava, recordó que le llamó la atención su apuro por irse de la casa junto a su marido "para ver el partido", pese a que sabían de la desaparición de Loan. "No se para dónde se lo llevaron", sostuvo la mujer.

Además, la mujer indicó que no tiene relación actual con su hija y expresó: “Laudelina está presa por mentir, por decir que el nene murió en un accidente en el monte. Estoy enojada y ni hablaría con ella, ¿cómo va a mentir?".

Respecto a Benítez, recordó que ya había estado preso y sostuvo: "Tiene algo que ver con la desaparición de Loan, porque fue el primero que se fue a hacer el camino. Tengo lleno el estómago de todo lo que le quiero decir a Benítez. Tengo mucha bronca”.

"A Loan lo sigo esperando. No pierdo la esperanza de que vuelva. Espero que el que se lo llevó se arrepienta y lo devuelva", pronunció Catalina, a casi un año de la desaparición de su nieto Loan.