Vuelos clandestinos desde Bolivia, narcoavionetas sobre campos de Buenos Aires, casi 300 kilos de cocaína y una organización liderada por una mujer apodada “la Reina del Sur”. La historia parece sacada de una serie, pero ocurrió en la Argentina y terminó con cinco condenas.

La cabecilla de la banda, Marisol Saavedra Chungara, fue sentenciada a ocho años de prisión como autora del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercialización y transporte, agravado por la participación de tres o más personas. La mujer, de nacionalidad boliviana y 55 años, coordinaba desde el país la recepción de cargamentos que eran lanzados desde avionetas, con precisión milimétrica, en zonas rurales de la provincia.

La caída de la red se concretó el 19 de enero de 2022, cuando personal policial detectó una aeronave que sobrevolaba repetidamente un campo en la localidad de Rancagua, a 18 km de Pergamino. La avioneta arrojó varios bultos. Al llegar al lugar, los agentes detuvieron a Saavedra Chungara y a sus hijos, Juliana y Mauricio Justiniano Saavedra, quienes estaban esperándolos en el terreno.

En el mismo operativo fue detenido el brasileño Elves García de Olivera, quien cumplía tareas de custodia en el ingreso al campo. Otro vehículo, una Volkswagen Amarok, fue hallado a pocos kilómetros, con parte de los paquetes arrojados. Otro implicado, el paraguayo Denicio Zacarías Reyes, fue identificado tras encontrarse documentación suya en una camioneta abandonada cerca del lugar.

La camioneta Volkswagen Amarok que fue encontrada con varios bultos en la caja. (Foto: Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Pergamino).
La camioneta Volkswagen Amarok que fue encontrada con varios bultos en la caja. (Foto: Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Pergamino).

El botín y la logística

Ese día se incautaron 130 kilos de cocaína, en paquetes que llevaban el sello de un felino, habitual en los carteles sudamericanos. Tres meses más tarde, gracias a nuevas denuncias, se hallaron otros dos cargamentos: uno con 96,4 kilos y otro con 64,04 kilos. El total vinculado al caso ascendió a 289,1 kilos de clorhidrato de cocaína. A esto se sumaron 212 gramos hallados en la casa de otro imputado que sigue prófugo.

Para guiar los lanzamientos, la banda utilizaba telas de colores extendidas en el campo, que servían de referencia al piloto. Todo el operativo estaba finamente calculado, pero la impunidad se desmoronó gracias al seguimiento de meses de escuchas telefónicas.

En esas comunicaciones, quedó en evidencia que Saavedra coordinaba los detalles de la descarga y recepción, aunque la orden final la daban emisarios bolivianos, que definían los días y horarios sin previo aviso. En una conversación, incluso, un interlocutor la llamó “la Reina del Sur”, en referencia a la novela de Arturo Pérez-Reverte que inmortalizó a una mujer al frente de un cartel narco.

Condenas para la familia y los colaboradores

En el mismo juicio abreviado, fueron condenados a cuatro años de prisión sus dos hijos y los colaboradores García de Olivera y Zacarías Reyes, considerados partícipes secundarios. Mauricio quedó aún más implicado por ser titular de una de las camionetas usadas y por coordinar con su madre los movimientos logísticos. Juliana, por su parte, fue detenida junto a su familia la madrugada del operativo y facilitaba la línea telefónica de su madre para evitar el rastreo.

García de Olivera actuó como vigía en el acceso al campo, mientras que Zacarías Reyes puso a disposición su camioneta y fue visto transportando a cómplices en rutas cercanas al lugar del lanzamiento.

El inicio del caso

La investigación comenzó en agosto de 2021, encabezada por el fiscal federal Matías Di Lello y el juez Carlos Villafuerte Ruz, ambos de San Nicolás. Las primeras pistas surgieron de los movimientos de un grupo con base en la villa 1-11-14 del barrio porteño de Flores, que recorría el interior bonaerense buscando campos donde se pudieran concretar los lanzamientos desde avionetas.

Tras el operativo de enero de 2022, el caso se elevó a juicio en octubre de 2024 y concluyó con las cinco condenas. La “Reina del Sur” cayó, pero la causa sigue abierta: aún quedan figuras clave por identificar y detener, entre ellos, quienes enviaban la droga desde Bolivia.