Solo falta una pericia genética para confirmar que el caso Luján tuvo un trágico desenlace. Un hecho que movilizó a toda la provincia y que, por los datos que surgieron en las últimas horas, no tendría antecedentes en la historia policial reciente, mucho menos en la localidad de Río Seco.

El caso ya tiene un principal sospechoso, se trata de Walter Mateo Córdoba, ex pareja de la hermana de Ana Díaz, madre de la niña, después del hallazgo de manchas de sangre en ladrillos y restos óseos que coinciden con el cráneo encontrado por vecinos el lunes por la tarde; y que, si se confirman todas las pruebas recolectadas hasta el momento y no existe ninguna cuestión procesal en el medio, terminará en una segura condena a perpetua.

Según lo informado, mientras Córdoba continúa aprehendido, el Ministerio Fiscal ya cuenta con varias pistas que lo vinculan al caso, entre ellas una filmación donde se ve a la niña pasar por la casa del acusado. El domingo, la pequeña de 11 años había sido vista por última vez tras salir de su vivienda a comprar fiambres, pero nunca regresó.

Según fuentes cercanas a la justicia, los primeros análisis sugieren que los restos óseos encontrados en el cráneo corresponden a una niña, lo que refuerza la hipótesis de un trágico desenlace. Las pruebas incluyen también cabello oscuro y otros indicios que podrían confirmar la identidad de los restos como los de Luján, aunque aún no se ha emitido una comunicación oficial al respecto.

Las autoridades están realizando un minucioso trabajo en el lugar, evitando contaminar la escena del crimen mientras continúan con los rastrillajes y la recolección de pruebas. La presencia de perros rastreadores y efectivos de la Policía Federal y de la provincia está facilitando la búsqueda de más evidencia.

Uno de los aspectos más inquietantes del caso es la declaración reciente de Córdoba, quien afirmó que la muerte de Luján se produjo accidentalmente cuando un ladrillo le golpeó la cabeza. Aunque este testimonio no tiene valor legal formal, la justicia lo considera un dato clave para el desarrollo de la investigación.

La búsqueda de Luján continúa en Río Seco. Los rastrillajes y el trabajo de los canes continúa para dar con el paradero de la niña de once años desaparecida desde el domingo. 

El sospechoso, de acuerdo a los primeros indicios, después de acabar con la vida de la pequeña, habría intentado eliminar su cuerpo. Habría elegido una habitación del fondo de la vivienda que estaba a medio construir. En ese lugar, de acuerdo a lo observado por los peritos, envolvió el cuerpo de la niña en un colchón viejo y le prendió fuego.

Como no pudo cumplir con su objetivo, habría decidido descuartizar lo que había quedado del cuerpo y enterrarlo en distintas partes de la propiedad. Los animales de la zona,los desenterraron y esparcieron en diferentes lugares. En una plaza ubicada a unos 250 metros de la vivienda, se encontró un cráneo con signos de haber sido quemado, pero que aún tenía tejidos blandos.