Este lunes, la ciudad de Juan Bautista Alberdi fue intervenida por el gobernador Osvaldo Jaldo, quien a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) designó a Guillermo Norry como normalizador. Esta drástica medida se tomó tras el escándalo que surgió a partir de un audio filtrado entre el exintendente Luis Campos y el empresario Roque “Chipi” Giménez. En la conversación, se mencionaban supuestas conexiones de funcionarios municipales con el narcotráfico.

 “Ahora dará cuenta a la Justicia, porque la Policía no va a tolerar estos hechos”, afirmó el Jefe de Policía, Joaquín Girvau, quien también destacó que se están tomando medidas para garantizar el orden público. “El primero que venga a hacer algún tipo de desorden, va a terminar detenido”, añadió en una clara advertencia. La situación se tornó crítica y la Policía comenzó a actuar de inmediato, realizando allanamientos en domicilios vinculados al exintendente y a otros funcionarios. En esos operativos se incautaron teléfonos celulares, lo que podría ser clave para la investigación. 

Joaquín Girvau: "Vamos a garantizar el orden público en la ciudad de Alberdi"

Girvau explicó que, ante la viralización de los audios, se activó un protocolo para documentar el caso, asegurando que "la investigación continuará y se aportarán pruebas a la fiscalía para que esto no vuelva a ocurrir en Tucumán". El jefe policial no ocultó su indignación al referirse a los implicados, tildando el contenido del audio de "indignante" y manifestando que es imperativo que se investigue el origen de los fondos de Giménez. “La Justicia debe actuar con dureza”, concluyó, dejando en claro que las autoridades están comprometidas a limpiar la imagen de la ciudad y a asegurar que la ley se cumpla sin excepciones.