Un delincuente asaltó dos veces a un jubilado y le quitó casi $3.000.000
El sujeto actuó con extrema violencia en la casa de la víctima. Los ataques quedaron registrados por una cámara de vigilancia.
En un contexto donde la seguridad ciudadana es un tema recurrente en la agenda pública, la reciente detención de un individuo acusado de asaltos a un jubilado de 87 años ha suscitado una profunda indignación entre la opinión pública. El imputado, cuya identidad no ha sido revelada, fue identificado como el perpetrador de dos violentos ataques en el hogar de la víctima, donde, valiéndose de la vulnerabilidad de un anciano, le sustrajo sus ahorros de una manera absolutamente reprochable.
Los hechos delictivos tuvieron lugar en dos ocasiones distintas. El primero de ellos se registró el 8 de mayo, cuando el delincuente, disfrazando su verdadera intención, tocó la puerta del jubilado alegando la necesidad de una lapicera. Al ser recibido en su hogar, el anciano fue sorprendido por el ladrón, quien, armado con un cuchillo, lo amenazó y le exigió la entrega de dinero. La víctima, presa del miedo, accedió a la demanda del agresor y le entregó la suma de $2.000.000, un monto considerable que representaba prácticamente su patrimonio.
El segundo asalto ocurrió el 4 de junio, en un modus operandi igualmente despreciable. En esta ocasión, el delincuente golpeó la ventana de la vivienda y engañó al jubilado asegurándole que su casa estaba en llamas. Cuando el anciano, alarmado, se acercó a verificar la situación, el ladrón forzó la entrada, lo sometió con violencia y, tras reducirlo, le sustrajo $800.000 adicionales antes de darse a la fuga.
La detención del acusado se produjo días después de los asaltos, gracias a las investigaciones llevadas a cabo por la Unidad Fiscal Especializada en Robos y Hurtos IV, bajo la dirección del fiscal Diego Sebastián Hevia. En la audiencia multipropósito del 12 de junio, se abordaron aspectos relacionados con la legalidad de la aprehensión, la formulación de cargos y la solicitud de medidas de coerción. El Ministerio Público Fiscal acusó al individuo de robo agravado, por el uso de un arma, y de robo simple, solicitando la prisión preventiva por un período que podría extenderse a 120 días, fundamentando su petición en el riesgo de fuga y en la posibilidad de que el imputado interfiriera en el desarrollo de la investigación.
El fiscal Hevia, en sus declaraciones, enfatizó la gravedad de la conducta del acusado, describiéndolo como "una persona que actuó con total violencia contra una persona extremadamente vulnerable, en un claro estado de indefensión. Mostró una cobardía absoluta al despojar a la víctima de casi todo su patrimonio". La jueza a cargo de la causa accedió a la solicitud del fiscal, estableciendo medidas cautelares por un plazo de 81 días.
Este caso, que no solo refleja la cruda realidad de la inseguridad en la que se encuentran muchos ciudadanos, sino que también pone de manifiesto la necesidad imperiosa de fortalecer los mecanismos de protección para los sectores más vulnerables de la sociedad, como son los ancianos. La violencia desmedida y la falta de respeto hacia la dignidad humana son cuestiones que deben ser condenadas y erradicadas de nuestra sociedad, y que requieren una respuesta contundente por parte de las autoridades.