La suspensión del viaje del presidente Javier Milei a Tucumán despertó múltiples suspicacias en el ámbito político. En la tarde del martes, a solo cuatro horas antes del horario previsto para su arribo al suelo tucumano, el vocero presidencial Manuel Adorni informaba en sus redes sociales que Milei se ausentaría de la vigilia del 9 de julio debido a que las condiciones climáticas impedían operar los vuelos con normalidad. 

Luego de ese comunicado, las interpretaciones políticas apuntaban a que Milei habría evitado ser protagonista de un gran desaire por parte de los gobernadores, en medio de la tensión y reclamos por el envío de fondos a las provincias. 

Al ser consultado sobre la suspensión del viaje y las especulaciones surgidas horas más tarde, el presidente Milei, declaró: “Nuestro plan era hacer la ceremonia en la Casa Histórica de Tucumán, eso se mantuvo hasta las cinco de la tarde. La situación era compleja, había muchísimos vuelos cancelados, y la recomendacion era que no se viajara porque era un verdadero peligro”. 

Milei explicó también que “lo más complejo es que no estaban dadas las condiciones para regresar. Era una cuestión de riesgo muy enorme", justificó.

Luego el presidente lanzó su declaración más polémica, “el resto de las especulaciones que quieran hacer me tienen sin cuidado. Si pretenden que para hacer una crítica me suba a un avión y que corra riesgo de vida, es muy imprudente”. 

Milei fue consultado sobre las versiones que indicaban que su ausencia en Tucumán estaba relacionada con el desaire de los gobernadores y al respecto sostuvo que, “la lectura política que hagan me tiene absolutamente sin cuidado. Es un año electoral y cada uno juega su propio partido. Es un acto institucional, si los gobernadores quieren estar bien y si no quieren estar deberán explicar porque no quieren participar de una fecha patria con un gobierno que el mundo reconoce como profundamente exitoso", concluyó