"Máxima humillación": Jair Bolsonaro desafió a la Corte de Brasil y mostró su tobillera electrónica
El expresidente brasileño está siendo juzgado en una causa por golpismo. Tiene prohibido acceder a sus redes sociales.
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se presentó este lunes ante la Cámara de Diputados, donde exhibió la tobillera electrónica que le fue impuesta como medida cautelar por el Supremo Tribunal de Justicia. Esta acción se da en el contexto de las acusaciones que enfrenta por su presunta participación en un intento de golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva.
El exmandatario podría estar expuesto a una condena de hasta 40 años de prisión, lo que ha intensificado la atención mediática en torno a su situación legal. Bolsonaro ha sido señalado por la justicia como el supuesto líder de un complot con el fin de mantenerse en el poder, lo que ha generado un amplio debate en la sociedad brasileña sobre la legitimidad de las acusaciones. En sus declaraciones a la prensa, el expresidente expresó su descontento, afirmando: "Esto aquí es un símbolo de máxima humillación".
Asimismo, defendió su inocencia en relación a las acusaciones, subrayando que no ha incurrido en delitos como la malversación de fondos públicos o el tráfico de influencias. Las restricciones impuestas a Bolsonaro incluyen la obligación de llevar la tobillera electrónica, la prohibición de acceder a sus redes sociales y de conceder entrevistas que puedan ser difundidas públicamente. Estas medidas, dictadas por el juez Alexandre de Moraes, también prohíben al exmandatario comunicarse con sus hijos, Carlos y Eduardo, quienes también están bajo investigación.
En este contexto, Bolsonaro calificó las restricciones como una "máxima humillación" y aseguró que el proceso judicial que enfrenta es una "persecución". En sus manifestaciones, Bolsonaro insistió en que las acusaciones de un golpe de Estado carecen de fundamento, señalando que se trata de una situación sin "fuerzas armadas ni armas" involucradas. Este caso ha provocado diversas reacciones en el ámbito político y social, y se espera que continúe generando un debate intenso sobre el estado de la democracia en Brasil y el papel de las instituciones judiciales.