La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha manifestado su descontento hacia la vicepresidenta Victoria Villarruel en el contexto de la reciente tensión interna dentro del oficialismo, generada tras la aprobación de proyectos relacionados con la seguridad social y la emergencia en discapacidad en el Senado. Durante un acto celebrado en Tres de Febrero, Bullrich instó a Villarruel a “ponerse del lado de la gente, no de los senadores kirchneristas”, lo que evidencia el deterioro de las relaciones entre ambos sectores del Gobierno. 

La situación se ha intensificado, y el presidente también se refirió a Villarruel como “traidora” en un discurso pronunciado en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. El conflicto entre Bullrich y Villarruel se avivó cuando la ministra acusó a la vicepresidenta de ser “cómplice del kirchnerismo”, sugiriendo que debió levantarse de su banca durante la sesión solicitada por la oposición. Esta crítica ha sido interpretada como una falta de apoyo a las decisiones gubernamentales y ha generado una respuesta de Guillermo Francos, jefe de Gabinete, quien intentó calmar las aguas al señalar que la situación de la vicepresidenta es “muy compleja desde el punto de vista institucional”. 

Bullrich volvió a arremeter contra Villarruel: “Que se ponga del lado de la gente.”

Sin embargo, las declaraciones de Bullrich continúan alimentando la discordia en un momento crítico para el Ejecutivo. En el transcurso de su intervención, Bullrich enfatizó: “La vicepresidenta tenía que haberse puesto a la cabeza de decir ‘no voy a estar frente a una sesión que no es correcta, no es legal, no es legítimo, porque no estaba convocada’”. Estas palabras reflejan una clara desaprobación hacia la postura adoptada por Villarruel, que, a juicio de Bullrich, no se alinea con las expectativas de liderazgo que la situación demanda. 

Asimismo, la ministra manifestó su preocupación por las políticas económicas, afirmando que “si imprimimos de nuevo billetes, toda la plata que le va a entrar a alguien por este bolsillo, se la va a por este. Basta de hacer lo que se hizo durante años y salió mal”. La insistencia de Bullrich en que se necesitan gobernantes que “estén del lado de las víctimas y no de los delincuentes” marca un punto de inflexión en la narrativa oficialista, donde la búsqueda de una respuesta eficaz a las demandas sociales y la gestión de las relaciones internas se convierten en elementos cruciales para el futuro del Gobierno.