Este viernes, el gobierno de Javier Miley decretó el desplazamiento de Miguel Blanco de su cargo como titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). 

Blanco había sido designado en este puesto por el exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, cuya salida del cargo en mayo de 2024 dejó a Blanco sin el respaldo que había sostenido su posición en el gabinete. 

Miguel Blanco posee una vasta experiencia en el ámbito de la auditoría, acumulando más de tres décadas en el sector. Su trayectoria incluye trabajos en reconocidas firmas de auditoría como Pricewaterhouse, así como en sociedades de bolsa. 

Un ministro del gabinete había destacado previamente las habilidades de Blanco, considerándolo uno de los auditores más destacados del país. Esta apreciación resalta el impacto que su salida puede tener en las funciones de auditoría y control interno del gobierno.

 La SIGEN, bajo la responsabilidad de Blanco, desempeña un papel crucial en el monitoreo y control del Poder Ejecutivo. Su trabajo implica realizar evaluaciones sobre la gestión y administración pública, siendo fundamental para garantizar la transparencia y el correcto uso de los recursos del Estado. 

Este organismo tiene la obligación de informar al Presidente sobre cualquier acto que pueda ocasionar perjuicios al patrimonio público, lo que subraya la importancia de su función en la administración estatal. Además, la SIGEN debe cumplir con las funciones establecidas en el artículo 20 de la Ley 23.696, que abarca aspectos relacionados con privatizaciones, en coordinación con otros entes de control.

 La efectividad de la Sindicatura General de la Nación es vital para asegurar la responsabilidad y eficiencia en la gestión pública, y su liderazgo influye directamente en la calidad del control interno del gobierno.