El imitador de Santiago Caputo que preocupa a La Libertad Avanza en Tucumán
En el complejo panorama político de Tucumán, se destaca la figura de un individuo cercano a Lisandro Catalán, conocido por su liderazgo en un grupo de activistas digitales, que ha sido objeto de controversias por su comportamiento intimidatorio y su implicación en disputas internas dentro del partido de Javier y Karina Milei
En el contexto político actual de Argentina, el nombre de Santiago Caputo ha resonado con fuerza, convirtiéndose en un referente del gobierno de Javier Milei. Su rol como asesor presidencial lo ha llevado a manejar áreas clave del Estado, lo que le ha otorgado una notable influencia, a pesar de su imagen controvertida, caracterizada por sus tatuajes, su afición a los cigarrillos y su relación con las redes sociales. No obstante, su poder parece tener limitaciones, especialmente cuando se trata de las decisiones estratégicas de Karina Milei, quien ejerce un control significativo sobre las candidaturas dentro de La Libertad Avanza.
El panorama en Tucumán añade un matiz interesante a esta narrativa. Recientemente, el partido de Milei en esa provincia se vio envuelto en un escándalo relacionado con Sophia Vittar, una streamer y cosplayer que anunció una candidatura a concejal. Este anuncio fue posteriormente desmentido por La Libertad Avanza, lo que desencadenó una serie de interacciones en las redes sociales, donde Vittar acusó al partido de aprovecharse de su fama.
La situación escaló cuando Vittar reveló haber recibido amenazas de un usuario identificado como Augusto @nuevoimperioarg, quien es considerado un actor clave dentro del entorno mileísta en Tucumán. La figura detrás de esta cuenta, Gonzalo Heredia, ha sido señalado como el encargado de comunicación y responsable de las cuentas oficiales de La Libertad Avanza en Tucumán. Su estilo, que emula a Caputo, ha generado controversia, especialmente por sus publicaciones que incluyen referencias a armas de fuego y ataques a otros miembros del partido.
Heredia, además, ha estado involucrado en la expulsión de ciertos miembros del partido, lo que ha contribuido a tensiones internas. El comportamiento de Heredia no se limita al ámbito digital. Sus conexiones en el mundo empresarial y político en Tucumán han llevado a cuestionamientos sobre su influencia y sus actividades, incluyendo asociaciones con empresas locales y la propiedad de un medio de comunicación que se alinea con las ideas libertarias. Estas relaciones han suscitado dudas sobre la financiación de sus proyectos y su capacidad de maniobra dentro de la política provincial.
Mientras tanto, la controversia generada por el episodio con Sophia Vittar ha puesto a La Libertad Avanza en el ojo del huracán. Las amenazas y la violencia asociadas con Heredia han llevado a una preocupación creciente sobre el clima político en Tucumán, así como sobre el futuro del liderazgo de Lisandro Catalán, quien aún espera el visto bueno de Karina Milei para avanzar con su candidatura a diputado.
En este complejo entramado, se observa cómo el uso de las redes sociales y las tácticas de comunicación se entrelazan con las dinámicas de poder dentro de un partido que busca consolidar su presencia en el escenario político argentino. La situación actual refleja no solo los desafíos internos de La Libertad Avanza, sino también las tensiones que pueden surgir de una estrategia política que combina la exposición pública con la gestión de conflictos internos y la percepción del electorado.