El peronismo relativiza el impacto electoral del respaldo de Estados Unidos a Milei
En Fuerza Patria consideran que el apoyo de Trump y la estabilización económica no influirán en el voto. «El problema es la economía real, los que no llegan a fin de mes», advierten.
El sólido respaldo político y económico de Donald Trump a Javier Milei, a través de un swap de 20.000 millones de dólares y la eventual compra de bonos argentinos, generó una rápida estabilización en los mercados tras una jornada en la que el país llegó a vender 678 millones de dólares para contener la cotización del dólar.
A comienzos de esta semana, el Gobierno respiró aliviado. El apoyo estadounidense permitió frenar la escalada cambiaria, provocó una fuerte suba de bonos y redujo el riesgo país, que había superado los 1.000 puntos. La brusca calma financiera reconfiguró el escenario económico en medio de una crisis de confianza que afectaba a la gestión libertaria.
Sin embargo, en el peronismo consideran que ese alivio no tendrá impacto en las urnas. La lectura que hacen en el espacio Fuerza Patria es que no habrá más votos para los libertarios por el hecho de que Estados Unidos haya intervenido para frenar una corrida. Aunque reconocen que ese respaldo evitó un deterioro institucional de consecuencias imprevisibles.
“El acuerdo de Trump con Milei podría ser muy bueno, en términos electorales, si los electores fueran norteamericanos. En muchos lugares ni se enteraron de qué pasó”, ironizó uno de los principales candidatos de Fuerza Patria.
En el peronismo admiten que el gesto del gobierno norteamericano tuvo fuerte impacto mediático y financiero, pero sostienen que no se traduce en mejoras concretas para los sectores más vulnerables. “El problema sigue siendo la economía real”, insisten. Incluso en la provincia de Buenos Aires, donde Fuerza Patria ganó con una diferencia de 13 puntos sobre los libertarios el pasado 7 de septiembre, no prevén un cambio de tendencia a raíz del viaje de Milei a Nueva York.
“En dos años no hicieron una sola medida que toque el bolsillo de la gente. Esto no le soluciona en nada la vida a nadie, pero evita un colapso antes de las elecciones”, remarcó un dirigente peronista del distrito porteño, donde consideran que el acuerdo político internacional no modifica la ecuación electoral. Por el contrario, creen que el deterioro económico será el factor decisivo en los comicios.
En el entorno de Fuerza Patria reina un optimismo moderado de cara a la elección del 26 de octubre. Se apoyan en los resultados recientes para sustentar esa expectativa:
“Perdieron ocho de las nueve elecciones desdobladas. Todas fueron antes de la crisis cambiaria. La economía real no les cierra por ningún lado”, señaló un referente del peronismo nacional.
No obstante, persiste la cautela. Reconocen que el oficialismo mantiene un núcleo duro de apoyo, y que un sector del electorado sigue desconfiando de cualquier alternativa peronista. Los efectos del último gobierno justicialista aún pesan en la memoria de buena parte de la sociedad.
Un funcionario clave del gabinete de Axel Kicillof fue contundente al analizar el impacto del viaje de Milei:
“La gente está igual de mal antes y después. El problema es la economía real. No hay trabajo, cierran las empresas y muchos no llegan a fin de mes”. Esa misma percepción se repite en distintos sectores del peronismo a nivel nacional: la cuestión de fondo es la microeconomía.
En cuanto al mapa electoral, la oposición peronista confía en retener provincias como Buenos Aires, La Pampa, Catamarca, La Rioja, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Formosa, mientras que se ilusionan con competir hasta el final en Santa Fe, Entre Ríos y Salta. En las demás jurisdicciones, admiten que la pelea será por el segundo puesto, pero esos resultados también definirán la cantidad de legisladores que sumará cada espacio en el Congreso.
La sorpresiva ventaja bonaerense, sumada a la falta de reacción del Gobierno y al malestar generalizado con la gestión libertaria, generaron un renovado impulso en el peronismo, que por estrategia dejó de lado internas y priorizó una narrativa unificada contra el oficialismo.
En el tramo final de la campaña, el desafío del peronismo será consolidar su oferta electoral, profundizar la polarización como eje discursivo y evitar errores no forzados, en un escenario que sigue siendo volátil para la estabilidad política del Gobierno.