Elecciones en Buenos Aires: contundente derrota del Gobierno frente al peronismo
El oficialismo provincial obtuvo una victoria sin atenuantes en Buenos Aires y Axel Kicillof se posiciona de cara al 2027.
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Fuerza Patria se impone con holgura en la primera y en la tercera, las dos secciones electorales con mayor población. También gana en la segunda, en la cuarta, en la séptima y en la octava. El gobernador impuso su estrategia y acertó. El gobierno libertario volvió a sufrir una derrota categórica y hay cuestionamientos al diseño electoral impulsado por los Menem
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Por primera vez, la provincia de Buenos Aires celebró hoy comicios legislativos locales ajenos al calendario nacional, en una jornada que condensó tensiones políticas, judiciales y económicas que atraviesan la Argentina. Más de 14.300.000 bonaerenses estuvieron habilitados para votar en una cita que renovó 46 bancas de la Cámara de Diputados provincial y 23 del Senado, además de concejos deliberantes y consejerías escolares, repartidos entre las ocho secciones electorales. En cuatro de esas secciones se definió la mitad de la Cámara de Diputados; en las otras cuatro, la mitad de la Cámara alta provincial.
El contexto electoral estuvo signado por la pugna entre el presidente Javier Milei y el gobernador Axel Kicillof, cuyas divergencias políticas se expresaron con particular intensidad en la campaña. A ese enfrentamiento se sumaron episodios que alteraron el clima público en los últimos meses: la prisión preventiva de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que la inhabilitó como precandidata en la Tercera Sección Electoral; denuncias por presuntas redes de corrupción que llegaron al centro de la escena pública; y la divulgación de audios que alimentaron sospechas sobre maniobras de coimas.
El cruce entre la agenda judicial y la política se potenció con escándalos mediáticos, como las investigaciones vinculadas al tráfico de fentanilo, y con la volatilidad macroeconómica que profundizó la incertidumbre entre inversores y consumidores. Ese cuadro contribuyó a que la campaña se desarrollara en un clima de alta polarización y con episodios de fuerte impacto simbólico, donde tanto el oficialismo nacional como la oposición provincial buscaron convertir cada novedad en material de campaña.
En términos territoriales, la elección bonaerense mostró la relevancia estratégica de la Tercera Sección, tradicionalmente decisiva por su peso demográfico, y la necesidad de consolidar alianzas locales en distritos intermedios. También puso en relieve la disputa por el control del Senado provincial, cuyo resultado incidirá en la capacidad del Ejecutivo provincial para impulsar proyectos legislativos clave durante los próximos dos años.
La jornada transcurrió con una concurrencia que reflejó la magnitud del padrón y con operativos logísticos desplegados en centros urbanos y zonas rurales. Si bien la elección se desarrolló con normalidad institucional, los eventos previos y la campaña intensa marcaron una atmósfera de crispación que podría prolongarse en el periodo postelectoral, según analistas políticos consultados.
Los resultados, que definirán la composición del Parlamento bonaerense y el control de comisiones clave, serán leídos por los distintos espacios con vistas a las próximas instancias electorales nacionales y locales. En ese marco, la provincia, epicentro de la política argentina por su población y representación parlamentaria, volvió a demostrar su capacidad para influir en el mapa político del país, en un momento caracterizado por la inestabilidad y la fragmentación de los actores principales.
Más allá de la contienda partidaria, la elección dejó interrogantes sobre la gobernabilidad provincial y la relación entre el gobierno nacional y las administraciones provinciales. La tensión entre Milei y Kicillof, las repercusiones de los escándalos judiciales y la presión de la situación macroeconómica constituirán factores determinantes para la dinámica política de la Argentina en los meses venideros.
Con el escrutinio avanzado, el foco se desplazará ahora hacia el análisis de los resultados por secciones electorales, la conformación de bloques en ambas cámaras provinciales y las posibles negociaciones que deberán llevarse a cabo para asegurar quórums y la sanción de leyes. La provincia de Buenos Aires, una vez más, ratificó su papel central en la agenda política nacional, en un escenario de creciente complejidad institucional y social.