Evalúa presentar una denuncia penal por los presuntos audios de Karina
Aún sin conocer audios con la voz de la hermana del presidente, estudian pedir la intervención de la justicia por presunto espionaje ilegal
Los escasos segundos que se filtraron el viernes con la supuesta voz de Karina Milei, grabada de manera clandestina, alcanzaron para que el Gobierno se despabile luego de dos semanas muy negras. En la Casa Rosada no saben qué otro material hay ni si este puede comprometer a la secretaria general de la Presidencia. No importa: lo que se difundió alcanzó para lanzar una estrategia oficial defensiva-ofensiva. La Casa Rosada ahora denuncia una “gran operación opositora” y de espionaje ilegal que comenzó con los audios de Diego Spagnuolo y no descarta hacer una presentación penal.
Según fuentes consultadas, en la cúpula libertaria están evaluando una serie de acciones que apunten a poner de relieve la gravedad que tuvo la filtración de la voz de la hermana del presidente en un ámbito que aparenta ser la sede del gobierno.
La idea de la mesa chica es aprovechar este último episodio y enmarcarlo como parte de una maniobra contra el Poder Ejecutivo en época electoral. En la narrativa oficial, así, tanto los audios de Spagnuolo como la filtración de la intimidad de Karina Milei formarían parte de una misma trama.
Si bien el plan oficial aún no está cerrado, la idea que tomaba fuerza en las últimas horas en el Gobierno era la de hacer una denuncia penal. “La premisa es que si sumamos ambos episodios es evidente que hay una operación de servicios ilegales para ensuciar el proceso electoral”, dijo un importante colaborador oficial mientras se buscaba la formulación legal para la eventual presentación en la Justicia.
En las últimas horas hubo reuniones y contactos permanentes entre distintos funcionarios y colaboradores de primera línea. El viernes a la noche, en Balcarce 50, hubo un ámbito del que participaron —con interrupciones— el vocero Manuel Adorni; el asesor presidencial, Santiago Caputo; el apoderado de La Libertad Avanza, Santiago Viola; y el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. Algunos de ellos (los “karinistas”) estuvieron, además, en permanente comunicación con Karina y con Eduardo “Lule” Menem.
Pese a que la interna entre el ala “menemista” y el sector que responde a Santiago Caputo sigue vigente (y está lejísimos de exhibir un acercamiento), a diferencia del caso Spagnuolo, los audios con la presunta voz de Karina obligaron a todos a encolumnarse detrás de un objetivo. “Con este tema estamos más o menos todos en la misma página”, reconoció uno de los miembros del elenco oficial.
Conocidos los primeros dos audios, rápidamente todos los colaboradores de la Casa Rosada coincidieron en calificar la situación como “gravísima” y apuntaron a enmarcar el tema como un caso de presunto espionaje en la Casa Rosada, con Karina Milei como víctima. Así salieron, al menos por este fin de semana, del estado de desorientación que se inauguró cuando estalló el caso de presuntas coimas en la Agencia de Discapacidad (Andis), donde el Gobierno exhibió una completa falta de reacción.