En vísperas de la elección legislativa, el Gobierno proyecta ya el lunes 27 de octubre como el punto de partida de una segunda etapa caracterizada por la búsqueda de consensos. Para ello, prevé concretar un nuevo acercamiento en noviembre con gobernadores afines que, en los últimos días, se distanciaron parcialmente por los episodios vinculados al cierre de listas.

Desde la mesa chica del presidente Javier Milei confirmaron a Infobae que la intención es definir una hoja de ruta para los próximos dos años y, en función de ese trazado, “acordar con todos los que se pueda acordar”. Ese objetivo orientará la construcción política del Ejecutivo ante la nueva conformación del Congreso Nacional.

Con la composición renovada de ambas cámaras, el Poder Ejecutivo espera trabajar en acuerdos con gobernadores y legisladores aliados que faciliten la aprobación de las reformas de segunda generación que tiene planteadas la administración. La estrategia responde tanto a sugerencias externas —según se informó, el asesor presidencial Santiago Caputo recibió recomendaciones del asesor republicano Barry Bennett— como a una premisa compartida por distintos sectores del espacio libertario.

El presidente planea deslizar esa pauta en el discurso que pronunciará el domingo en el búnker de La Libertad Avanza (LLA), en el Hotel Libertador de Retiro, donde se aguardan los resultados electorales. Aunque la letra del mensaje aún se encuentra en elaboración, colaboradores indicaron que se busca un tono dialoguista y no se descarta un llamado a la unidad.

En Casa Rosada anticipan además una nueva convocatoria a gobernadores, una suerte de reedición del llamado Pacto de Mayo que simbolice la voluntad del Ejecutivo de tender puentes. “Está previsto que suceda. Tenemos que definir una hoja de ruta común, y en todo caso ver cómo podemos promover sus intereses locales”, declaró un funcionario en torno a la iniciativa.

Resolver las tensiones con las provincias se presenta como una prioridad. Desde el Ejecutivo descartan ofrecer cargos de gabinete como moneda de cambio, y se baraja la alternativa de reforzar la presencia federal en la comitiva que acompañará al Presidente en su viaje a Estados Unidos previsto para el 5 de noviembre.

Fuentes oficiales sostuvieron que la convocatoria se hará “como se suele hacer después de toda elección”. En esa línea, se prevé retomar contacto con los integrantes del espacio Provincias Unidas y sumar a mandatarios como Rolando “Rolo” Figueroa (Neuquén), Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta).

En las filas libertarias dan por descontada la buena relación con Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), los tres gobernadores con los que La Libertad Avanza llegó a acuerdos electorales en 23 provincias.

Para que la convocatoria rinda, el Gobierno deberá ordenar la interlocución y designar una sola voz que represente al Ejecutivo, con el fin de limitar la multiplicidad de terminales que, hasta ahora, generaron rispideces y fricciones internas. Hasta el momento, los gobernadores debían elegir puerta de ingreso según el tema: temas de armado político eran tratados con Eduardo “Lule” Menem; pedidos a la Nación, con el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro del Interior Lisandro Catalán; y en otros casos recurrían al asesor presidencial Santiago Caputo.

El propio presidente detectó ese “teléfono descompuesto” y recibió quejas de gobernadores por la falta de atención directa. Aun con los esfuerzos realizados, la comunicación interinstitucional no logró una organización estable.

Los gobernadores quieren que alguien los convoque. Sigue estando la mesa servida para un acuerdo de gobernabilidad”, señaló un vocero oficial, aludiendo a la posibilidad de construir consensos amplios.

En ese marco, el expresidente Mauricio Macri —quien en su momento fue uno de los socios más relevantes de La Libertad Avanza— también reclamó al Ejecutivo la construcción de “una nueva mayoría” que incluya legisladores de otros espacios para impulsar las reformas consideradas indispensables. El pedido encontró eco en Guillermo Francos, que se mostró dispuesto a ampliar las bases y coordinar con sectores aliados; Francos actuó además como puente en el reencuentro entre Macri y Milei, que se produjo en la quinta de Olivos.

Santiago Caputo expresó su conformidad con la iniciativa y valoró la posibilidad de avanzar hacia la consolidación de un interbloque con el PRO en la Cámara de Diputados. Desde el oficialismo subrayan que, para el tercer año de gestión, lo relevante no serán los vetos sino los votos, dado que las reformas previstas requieren mayorías que exceden a la bancada propia.

Mientras se aguardan los resultados electorales, el Gobierno prepara así una etapa orientada a ampliar consensos y ordenar sus canales de interlocución con el país profundo, con la expectativa de transformar el respaldo legislativo en legitimidad para llevar adelante su agenda de reformas.