El golpe electoral en la provincia de Buenos Aires obligó al Gobierno a reordenar sus prioridades y a posponer compromisos internacionales. El presidente Javier Milei canceló el viaje que tenía previsto a Madrid para este viernes, donde debía participar en un acto organizado por el partido español Vox y dictar una clase en la IE University, ante una audiencia que ya contaba con numerosos inscriptos.

A 48 horas de la derrota —por casi 14 puntos frente al peronismo—, en despachos oficiales y en los pasillos de la Casa Rosada se multiplican las reuniones y los análisis. Funcionarios y asesores revisan las causas del revés en la principal jurisdicción del país: evaluación de estrategias de campaña, lectura de mensajes que no calaron en el electorado bonaerense y posibilidad de correcciones tácticas para las próximas contiendas.

Pese al mal resultado, desde el entorno presidencial transmitieron un mensaje de calma: no está previsto, por ahora, un cambio de rumbo en la política económica, y tampoco se esperan renuncias en el corto plazo. La decisión de mantener la línea económica responde, según fuentes oficiales, a la convicción del Ejecutivo sobre la necesidad de sostener las políticas acordadas y evitar señales de volatilidad que pudieran profundizar la incertidumbre.

La suspensión del viaje a España, además de evitar la exposición internacional en un momento de fragilidad política, actúa como una señal interna: la prioridad hoy es el análisis y la contención del frente doméstico.