Lo que no se vio y las polémicas en el Pacto de Mayo
Tras la firma del acta, Javier Milei dio un discurso que se extendió por casi 40 minutos. Algunos de los mandatarios provinciales mostraron su fastidio
Entre el curioso horario en el que se firmó el Pacto de Mayo, las bajas temperaturas que se registran en Tucumán y la extensión del discurso de Javier Milei, algunos de los gobernadores presentes en la Casa Histórica no pudieron evitar las caras de fastidio y uno de ellos hasta se quedó dormido.
Los gobernadores llegaron a la Casa de Tucumán entre las 23 y las 23.30, antes de la llegada del propio Milei. La espera se hizo larga. Tras el arribo del Presidente, la banda militar Coronel Bonifacio Ruiz de los Llanos y luego Los Infernales de Güemes interpretaron el Himno Nacional y la Marcha de San Lorenzo. Recién después comenzó la firma del acta de 10 puntos.
El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, fue el primero en firmar el Acta de Mayo en la Casa Histórica. Luego fue el turno del presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, al que le siguieron el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Posteriormente, comenzaron a estampar sus rúbricas el resto de los 18 gobernadores provinciales presentes, uno por uno.
A medida que Milei comenzó a avanzar en la lectura, se empezaron a ver las primeras caras de fastidio y cansancio. Promediando un discurso en el que el Presidente hizo un repaso de los diez puntos del Pacto, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, abrigado con su poncho típico, se quedó dormido.
Según quedó retratado, el salteño primero cerró los ojos y después dejó caer su cabeza, sin disimulo. A su lado, sus pares de Neuquén y de Santiago del Estero, Rolando Figueroa y Gerardo Zamora, respectivamente, también optaron por cerrar un rato los ojos.
El discurso del jefe de Estado terminó minutos después de la 1 de la mañana de este martes 9 de Julio, feriado nacional, cuando la capital tucumana registraba una temperatura de 3 grados.
"Viva la patria y viva la libertad, carajo. Muchas gracias a todos, gracias por este gesto patriótico", culminó el Presidente a su estilo, en una extensa cadena nacional. Y despabiló a varios.
Polémica por el código de vestimenta
El código de vestimenta que impuso el Gobierno era negro. Trajes oscuros y vestimenta sobria. Pero no todos le hicieron caso a los requerimientos del dress code oficial.
Los mandatarios de Juntos por el Cambio se sentaron en una mesa blanca y se tomaron la foto en su arribo a San Miguel de Tucumán. Y allí se vio que Rogelio Frigerio, de Entre Ríos; Ignacio Torres, de Chubut, Leandro Zdero, de Chaco; y Marcelo Orrego, de San Juan, optaron por trajes de azul. En tanto, el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri fue con en la misma gama con su corbata, con un tono más eléctrico.
El más claro fue Maximiliano Pullaro que fue por un gris tirando a suave, aunque sopesó con camisa negra. De los mandatarios radicales y del PRO que fueron en listas de lo que fuera Juntos por el Cambio, la propuesta electoral que llevaba a la presidencia a Patricia Bullrich, el que pareció más cercano a los protocolos fue Claudio Poggi.
El gobernador de San Luis fue de negro en traje y corbata, aunque matizó con camisa blanca. Los radicales Carlos Sadir, de Jujuy; y Alfredo Cornejo, de Mendoza, también estuvieron cerca de la aprobación en su vestimenta, con tonos grises oscuros.
Pero quien pateó el tablero fue un peronista. A Gustavo Sáenz, de Salta, parece no haberle gustado que le dijeran cómo vestir.
—¿El poncho se lo va a sacar para la foto?—, le consultó a Sáenz un cronista televisivo. —El código era de negro—, acotó el reportero de TN.
—A mí nadie me dice cómo vengo. Vengo con Güemes en el corazón siempre. Con el poncho salteño que significa la sangre que dejaron nuestros gauchos para que hoy día los argentinos puedan estar en libertad—, replicó Sáenz, desafiante ante las cámaras.
Pero Sáenz, poncho al hombro, no fue el único de los siete peronistas que desentonó. Martín Llaryora, de Córdoba, se puso un jean en tono azul y Alberto Weretilneck, de Río Negro, se puso un sweater color entre nude o hueso. Bien clarito, aunque claro, entre la foto de situación y el acto había tiempo para cambiarse. Y varios lo hicieron
También hubo un punto medio en materia de cumplimiento del código de vestimenta: Hugo Passalacqua. El gobernador de Misiones respetó la sugerencia de un traje oscuro, pero escamoteó la consigna al vestir, bajo el saco pero visiblemente, un sweater o chaleco claro, amarillo.
De los 19 gobernadores que habían confirmado su presencia, uno debió desistir y quedaron 18: Claudio Vidal, de Santa Cruz, se excusó en algo comprensible: el temporal de frío y nieve que aqueja a su provincia.
En cambio, los gobernadores que responden al núcleo peronista o kirchnerista más duro no asistieron a Tucumán para la firma del Pacto de Mayo. Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Sergio Ziliotto (La Pampa) son los gobernadores que no apoyan la propuesta del gobierno nacional.
En el momento de la firma, al final de cuentas, quien más desentonó con el dress code fue una encumbrada figura oficialista: fue Karina Milei, la hermana y secretaria general de la Presidencia que bajo un abrigo negro llevaba un traje rojo.