El presidente Javier Milei experimentó, en pocos días, las dos caras de una misma moneda: por un lado, el fuerte respaldo del expresidente Donald Trump y del Fondo Monetario Internacional (FMI); por otro, la dura realidad de una Argentina que se encamina a las elecciones legislativas de octubre con un resultado aún incierto y una creciente tensión política interna.

Milei viajó a Nueva York junto a su hermana Karina y al ministro de Economía, Luis Caputo, con la mirada puesta en la votación del 26 de octubre. La gran incógnita era cómo llegaría la economía —y el clima social— a esa instancia clave.

Milei busca un triunfo electoral para avanzar con las reformas que le exigen Trump, el FMI y sus propios aliados
El presidente Javier Milei junto a su comitiva y su par de Estados Unidos Donald Trump. (Foto: X / @LuisCaputoAR).

El viaje tuvo su premio: Trump y su secretario de Estado, Scott Bessent, ofrecieron un claro espaldarazo político al Gobierno argentino. Para Estados Unidos, Milei representa un aliado estratégico en la región y un freno al avance de China en Sudamérica. Pero ese respaldo no será incondicional.

Tanto Trump como Kristalina Georgieva, directora del FMI, dejaron entrever una condición central: gobernabilidad. Washington quiere ver un Gobierno argentino capaz de implementar las reformas que hace tiempo están sobre la mesa —laborales, previsionales e impositivas— y para ello Milei necesita resultados legislativos concretos.

El voto de octubre, la gran llave

El oficialismo apuesta a que las elecciones legislativas le permitan sumar bancas clave en Diputados y el Senado. Aunque no alcanzarían el quórum propio, un crecimiento electoral podría frenar la caída sistemática de vetos presidenciales, como ocurrió durante este año.

Milei busca un triunfo electoral para avanzar con las reformas que le exigen Trump, el FMI y sus propios aliados
Fuerte apoyo de Donald Trump a Javier Milei: “Tiene mi completo respaldo para su reelección”. (Foto: Reuters).

Por eso, cualquier intento serio de recomponer acuerdos políticos o avanzar con reformas estructurales quedará condicionado al resultado electoral. En paralelo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro del Interior, Lisandro Catalán, iniciaron gestiones para restablecer puentes con gobernadores y bloques provinciales que hoy están alejados de la Casa Rosada.

Uno de los mayores desafíos es reconstruir la relación con los gobernadores, especialmente aquellos agrupados en el espacio Provincias Unidas, que se ha mostrado como el bloque más sólido a la hora de resistir las políticas nacionales. Lo integran Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Vidal (Santa Cruz) y el exgobernador Juan Schiaretti.

Milei busca un triunfo electoral para avanzar con las reformas que le exigen Trump, el FMI y sus propios aliados

“Esperamos que Milei se deje ayudar, pero dudamos”, expresó uno de los voceros habituales del grupo.

La confianza está deteriorada. Los mandatarios provinciales no olvidan el ajuste de fondos ni el armado de listas sin consenso. Tampoco confían en cómo actuará Milei si triunfa en octubre.

Los distritos clave como Córdoba, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires serán determinantes. Los libertarios necesitan reducir las diferencias evidenciadas en elecciones desdobladas, especialmente en territorio bonaerense.

Un nuevo intento de acuerdo

Mientras se espera el veredicto de las urnas, el Gobierno desempolvó el olvidado Consejo de Mayo, firmado el 9 de julio de 2024 por 17 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Este lunes, Francos retomará reuniones con algunos de sus integrantes, buscando incluir también a empresarios y sindicalistas. La meta: crear condiciones para un nuevo pacto de gobernabilidad.

El Congreso, otro frente abierto

En el Parlamento, la oposición peronista y kirchnerista prepara nuevas embestidas. En Diputados, se avanza hacia una moción de censura contra Guillermo Francos, tras el rechazo al veto presidencial sobre la Ley de Emergencia en Discapacidad. Esa iniciativa contempla incluso su posible destitución.

Además, la oposición quiere avanzar con la modificación de la ley de DNU, y en el Senado podrían derrumbarse los vetos presidenciales a las leyes de Emergencia Pediátrica y de Financiamiento Universitario.

Milei busca un triunfo electoral para avanzar con las reformas que le exigen Trump, el FMI y sus propios aliados
Diputados rechazó los vetos de Milei a las leyes de financiamiento universitario y de fondos para el Garrahan. (Foto: Diputados).

También sigue latente el pedido de interpelación a Karina Milei, por el escándalo de la criptomoneda Libra, que fue promocionada públicamente por el presidente.

Vuelve la campaña, con Milei al frente

Mientras tanto, la campaña electoral vuelve a escena. Tras regresar de Estados Unidos, Milei descansó en Olivos y delegó la estrategia electoral en Karina y Santiago Caputo.

Pese a las tensiones internas, Karina ratificó el liderazgo de su aliada Pilar Ramírez en la Ciudad de Buenos Aires, a quien le asignó un rol central en la coordinación nacional de campaña.

Las peleas internas entre Karina y Caputo siguen siendo un obstáculo. A veces, Milei parece dispuesto a intervenir; otras, aplica la lógica arbitral del fútbol: “siga, siga”.

Lo que está claro es que, para avanzar con las reformas que le piden en Washington y necesita para sostener su modelo, Milei deberá ganar —y convencer— en octubre.