En un reciente desarrollo en la política internacional, cinco disidentes venezolanos que habían estado bajo asilo en la embajada argentina en Caracas lograron abandonar la sede diplomática tras 412 días de refugio. 

 La situación de estos disidentes, quienes enfrentaban serias acusaciones de traición y conspiración por parte del gobierno venezolano, ha sido objeto de atención mediática en las últimas horas. 

El presidente Javier Milei expresó su satisfacción por la liberación de los refugiados y extendió su agradecimiento a Estados Unidos, particularmente al Secretario de Estado Marco Rubio, quien tuvo un papel destacado en la operación que facilitó la salida de los disidentes. 

En un comunicado oficial, Milei subrayó la importancia de la colaboración internacional para salvaguardar a aquellos que enfrentan persecuciones políticas, destacando que estos individuos son considerados "verdaderos héroes" por su valentía. La operación de rescate, que ha sido catalogada como militar y coordinada desde Estados Unidos, ha generado diversas reacciones en el ámbito político. 

Mientras que el gobierno argentino ha celebrado la acción como un triunfo de la diplomacia y los derechos humanos, el régimen de Maduro ha intentado retratarla como resultado de un acuerdo bilateral, lo que añade un nivel de complejidad al análisis de las relaciones internacionales en la región.