Milei en Rosario: silencio sobre los audios y nuevo ataque contra los “sodomitas del capital”
En el acto central por los 141 años de la Bolsa de Comercio, el presidente ofreció un discurso que repasó logros económicos, desafíos pendientes y el rol institucional del mercado en el desarrollo nacional.
En un clima político convulsionado por la difusión de audios atribuidos a Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), el presidente Javier Milei encabezó un acto en la Bolsa de Comercio de Rosario en el que prefirió no referirse directamente al escándalo por presuntos pedidos de coimas en esa área. El mandatario centró su discurso en una polarización marcada por expresiones contundentes y descalificatorias hacia sectores opositores.
Durante la intervención, Milei empleó términos peyorativos —a los que llamó “sodomitas de capital”, “orcos” y “kukas”— para diferenciar dos modelos políticos que, según su diagnóstico, se confrontan en Argentina. Señaló que el país tiene “dos tipos de políticos”: por un lado, los que, a su juicio, abrazan las ideas de la libertad; por otro, los que representan a quienes, en su caracterización, buscan “romper todo lo que hizo este Gobierno”.
La arenga, pronunciada ante un auditorio empresarial y mediático en Rosario, se produjo en un contexto en el que la prensa y la oposición reclamaban explicaciones sobre las grabaciones atribuidas a Spagnuolo. A pesar de la expectativa pública, el presidente evitó mencionar el contenido de los audios o las investigaciones en curso, prefiriendo enmarcar su mensaje en una lógica de confrontación política y cultural.
El uso de calificativos agresivos por parte de un jefe de Estado revive el debate sobre el tono del discurso público y su influencia en el clima social. Para algunos sectores, la retórica de Milei reafirma un liderazgo combativo frente a la oposición y sus instituciones; para otros, contribuye a la polarización y a la estigmatización de grupos sociales y actores políticos.
Mientras se espera que se esclarezcan las imputaciones relacionadas con la gestión de Andis, la decisión del presidente de no abordar el tema públicamente y de optar por un mensaje confrontativo en Rosario suma un capítulo más a la intensa agenda política nacional y plantea interrogantes sobre las prioridades comunicacionales del Ejecutivo en momentos de crisis institucional.